La cifra de muertos por el terremoto en Sumatra se elevó ayer a 777 con altas posibilidades de que el número continúe en ascenso.
La mayoría de los muertos por el sismo de magnitud 7,6 del miércoles, con epicentro frente a la costa de Sumatra, se produjeron en la ciudad de Padang.
Más de 500 edificios resultaron destruidos o dañados, entre ellos hoteles, escuelas, hospitales y un centro comercial. Se cree que miles de personas siguen atrapadas bajo los escombros.
El hospital público Djamil de Padang no da abasto con las víctimas pues decenas de heridos reciben tratamiento en carpas fuera del hospital, que sufrió algunos daños.
El presidente Susilo Bambang Yudhoyono pidió que "no se subestime (el desastre), preparémonos para lo peor".
La Unicef dijo que decenas de miles de personas perdieron sus hogares.
Indonesia, una nación pobre que ocupa varias islas, se encuentra en una gran falla geológica donde los terremotos son frecuentes. Los temblores de esta semana se produjeron en la misma falla que generó el tsunami de 2004, que dejó 230 mil muertos en una decena de naciones.
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