Luces que se encienden y se apagan solas, cortinas que se abren y se cierran sin ninguna manipulación, poder controlarlo todo desde internet o el celular. No es una escena de ciencia ficción, es la magia de un hogar automatizado, inteligente.
El término técnico es domótica y aunque no se puede negar que disfrutar de sus beneficios tiene un precio generoso, tampoco es algo inalcanzable si se hace como un proyecto escalonado.
Así lo expresa Mauricio Pinzón Gilchrist, gerente general de Digital Ambient, quien dice que esta tecnología ha bajado mucho su valor en los últimos años.
En eso coincide Iván Amón Uribe, ingeniero de sistemas y profesor titular de la facultad de Ingeniería Informática y Telecomunicaciones de la UPB, quien señala que los precios, como la mayoría de las nuevas tecnologías, seguirán bajando para estar al alcance de más personas.
Entonces, ¿por dónde arrancar? Depende de la vivienda, si ya está construida o si está sobre planos.
En el primer caso, explica Mauricio Pinzón, hay que hacer una reforma arquitectónica para incluir la infraestructura que se necesita, según el tipo de soluciones que se quieran instalar.
Alguien que apenas vaya a construir se ahorra la parte de la reforma.
"Desde que se tenga la infraestructura, las personas pueden ir automatizando la casa según sus necesidades y presupuesto", señala Pinzón.
Seguridad, ahorro energético, confort y diversión son algunos de los beneficios de la automatización del hogar que resalta el ingeniero y profesor Iván Amón Uribe.
Las soluciones que a continuación presentamos se pueden instalar de manera independiente en el hogar. Sin embargo, la real automatización es cuando integran en un sistema central que permite programar y controlar sus funciones.
La casa inteligente no es asunto del futuro, es presente.
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