Estudiantes no fue el equipo letal que había sido en su bastión, por defectos propios pero sobre todo por la brillante actuación del arquero Fábio, que ayudó al Cruzeiro a rescatar a domicilio un empate 0-0 el miércoles en el choque de ida de la final de la Copa Libertadores.
"Nosotros tuvimos más llegadas, con varias intervenciones del arquero. Pero si no hacés el gol, después te cuesta", aseguró el técnico Alejandro Sabella.
Hasta este duelo, Estudiantes había ganado todos sus partidos de local, sin recibir goles, en el estadio Unico de La Plata.
Cruzeiro, que ahora espera confiado la revancha en su estadio Mineirao en una semana, tuvo como punto sobresaliente a su arquero Fábio, que frustró claras situaciones de gol al capitán Juan Sebastián Verón, al goleador Mauro Boselli y al defensor Leandro Desábato.
"El arquero tuvo su noche...hicimos méritos para ganar el partido, tuvimos las mejores ocasiones. Nos pudimos haber llevado algo más", dijo Verón.
Para el volante Enzo Pérez, uno de los puntos altos del equipo argentino, al margen de su arquero "Cruzeiro juega muy bien. Tuvimos nuestras chances y no las pudimos concretar. Hicieron un partido, muy inteligente, hay que felicitarlos".
Pese a la bronca por el empate, en Estudiantes sobra confianza para la revancha.
"Será difícil, pero en esto no hay imposibles. Está todo abierto. Estamos acostumbrados a este tipo de cosas. Estudiantes siempre tuvo que lucharla", afirmó Verón. "Vamos con toda la fe y las ganas para hacer historia"
Para Sabella, "la llave está abierta porque Estudiantes es un equipo respetable. Tengo mucha confianza en el plantel".
"No pudimos sacar una diferencia, pero iremos con toda nuestra ilusión a Brasil", opinó el mediocampista Enzo Pérez.
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