Su acento marcado y la informalidad para hablar sobre todos los temas delatan el origen cartagenero de la actriz, modelo y bailarina Estefanía Borge.
Aunque actualmente es reconocida por su rol de Chantal, en El último matrimonio feliz, esta rubia ya acumula una experiencia de ocho años en la televisión. Su debut fue en No renuncies Salomé.
Por estos días anda "muerta de la dicha" con el reconocimiento que en Madrid tuvo la cinta colombiana El ángel del acordeón, que, de paso marcó su debut en el cine.
Reconoce que desde que se quitó las siliconas es más feliz y promete que dentro de poco la veremos con un espectáculo propio de danza.
¿Qué tanto de su personalidad le aporta al rol de Chantal?
"Tenemos muchas cosas en común, pero también hay cosas que yo como Estefanía no encuentro muy afines con Chantal. Ella me ha aportado esa paz espiritual que maneja".
¿Cómo recibió la noticia sobre el premio internacional que recibió la cinta El ángel del acordeón?
"Estoy muy feliz, contenta. Para mí ha sido la sorpresa más grande que he recibido porque no lo esperábamos. La cinta ya tiene cinco premios, cosa que me llena de satisfacción. Además, me encanta porque es una de las pocas películas colombianas que se ocupa de la juventud, la cultura y el medio ambiente. Es un premio que me carga de orgullo, estoy que no quepo de la dicha".
Y la danza ¿qué tanto significa en su vida?
"Para mí el baile es una terapia, es más que un hobby, es una vocación, es parte de mi vida y de mi estabilidad mental y física. Es un proyecto de vida que inicié desde que era niña. No lo hago con interés de competir, pero sí quiero tener presentaciones públicas, así que vendrán muchas sorpresas en ese campo de mi vida".
¿Y el modelaje y la fotografía?
"La sensualidad se puede descubrir de tantas formas, en un movimiento, en una pose, en una mirada y es eso lo que estoy manejando ahora que regresé a la fotografía. Desde que me quité los senos, la vida me cambió ciento por ciento. Ahora me siento más cómoda, más feliz, todo lo hago con más amor".
¿Por qué decidió quitarse los implantes de los senos?
"Estaba súper decidida. Yo le saqué mucho provecho a las prótesis, hice lo que hice, pero estaba decidida a quitarme los implantes porque, con todo el respeto que merecen las personas que los tienen y los cirujano, yo no era feliz. Después de que me los quité me cambió completamente la vida. Lo digo con todo el orgullo del mundo: me quité las tetas y no me importa".
¿Por qué se había hecho el aumento de senos?
"Fui madre muy joven y amamanté a mi hija durante un año. Por inseguridades, por la juventud (18 años) y por querer estar como era antes (voluptuosa) decidí ponerme implantes.
Con el pasar del tiempo me sentía menos identificada con las prótesis, con el volumen, y dije 'no más'. No me arrepiento de habérmelos puesto y mucho menos de haberlos retirado".
Le molesta el asedio de los medios y del público
"Definitivamente eso es parte de mi trabajo, de mi vida laboral, me encanta recibir el amor y la dulzura de la gente. No me afecta, siempre y cuando haya respeto, tacto y buen manejo a las situaciones. Yo soy cero estrés con el tema".
En su vida cotidiana ¿cuáles son sus pasiones?
"Me encanta viajar, cocinar, quedarme en casa con mi hija Sofía del Mar. Me encanta ir al supermercado, tengo una fascinación extraña por ir a mercar".
¿Cómo ha logrado marcar un estilo de moda propio?
"Soy descomplicada, me encanta innovar, me gusta estar por fuera de la moda, prefiero imponer mi propio estilo.
No me puede faltar el trapito, la florecita, el corazoncito. Me dicen Estefanía trapitos, ese es mi toque personal"..