Ya son casi 10 mil las víctimas por minas antipersonal en Colombia. Somos el segundo país del mundo en esa lista horrorosa. Del mapa nacional apenas Amazonas no registra accidentes de ese tipo. ¡Qué tragedia!
En esa perspectiva, el país acreditará el año entrante a desminadores extranjeros que vendrán a apoyar la desactivación de los campos de esos artefactos en los que caen civiles y militares.
En los últimos diez años las guerrillas, en especial las Farc, se dedicaron a sembrar minas en las áreas colindantes con sus retaguardias estratégicas. Irresponsablemente y sin mapas. El resultado: una carnicería con decenas de muertos y cientos de mutilados.
Ahora, con su tecnología y conocimiento, llegarán ONG para ayudarnos. Qué bien.
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