Comenzó en 2003 como un grupo que solo pretendía derrocar al rey de Jordania, Abdalá II bin al-Hussein, pero de a poco comenzó a ganar su lugar en la lucha yihadista mundial, hasta el punto de hoy estar cerca de tomarse el poder en Irak.
En su comienzo, el salafista jordano Abu Musab al Zarqaui, fundó en tierra iraquí elJama"at al Tawhid wal Jihad (Grupo de la Yihad y el Monoteísmo), y no se imaginó la relevancia que tomaría después, ya llamado el Estado Islámico de Irak y el Levante.
En principio era una milicia aislada, con la que se rumoró que Saddam Hussein combatió a los separatistas kurdos en el norte. En 2004 se vincula a Al Qaeda y empieza el recrudecimiento de su lucha, que incluye un repertorio de crímenes de cientos de personas (por herejes), casi todas musulmanas, en prácticas bárbaras como los atentados suicidas, crucifixiones y decapitaciones públicas, muchas de ellas exhibidas en internet para crear más terror.
Los ataques contra la población civil en la frontera de otros países como Egipto (2005), dispararon la alarma de E.U, pero fueron en cualquier caso subestimados. Por entonces The Washington Post anotaba que "las ramas iraquíes de Al Qaeda son solo una amenaza menor para la seguridad". Expertos consultados por El Colombiano recalcaron ese error.
"Tras la muerte de Zarqaui en 2006, la organización se vuelve tan brutal que adquiere autonomía de Al Qaeda y toma su nombre actual. Abu al Baghdadi ocupa el mando y años después lleva el grupo a plena categoría internacional metiéndose en Siria (2013), donde adquiere mayor capacidad militar", dijo a este diario Víctor de Currea-Lugo, docente de Relaciones Internacionales de la Universidad Javeriana.
¿Qué perfil tienen los líderes de esta organización, considerada de línea dura dentro de la misma yihad? De Currea-Lugo respondió: "Son suníes de lectura radical. Salafistas en la idea que promueven volver a los orígenes del Islam. Son hermanos de interpretación a Al Qaeda, así como Boko Haram y otros, pero son tan brutales que fueron expulsados en febrero 4 del mismo".
"Los líderes de este grupo pretenden nula convivencia con otras religiones, el objetivo para ellos es expulsarlos rumbo al Líbano o exterminarlos", agregó el Imam Julián Zapata, cofundador del Centro Cultural Islámico.
Además de despiadados, sus líderes son inteligentes. Sabían que mientras entrenaban a sus soldados contra Al Asad en Siria, preparaban el terreno para invadir Irak a costa de un Ejército poco entrenado y en penosa reconstrucción.
"Las Fuerza Armadas iraquíes son de una debilidad absoluta. Intentan rearmarse tras la guerra contra E.U, pero están muy mal entrenadas. Se rindieron en Mosul y otras ciudades, claramente están perdiendo terreno", explicó De Currea-Lugo.
Por último, también son inteligentes en aprovechar la histórica lucha de suníes y chiíes (los últimos actualmente en el poder), a su favor. "Siendo radicales, canalizan el descontento suní para ganar apoyo, y se financian en otros países como Arabia Saudita y Catar", concluyó Zapata.
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