Colombia es un buen pagador. Tres firmas -Moody’s, Standard & Poor’s y Fitch Ratings- que se dedican a mirar si gobiernos o empresas que buscan plata prestada pueden ser buenas o malas pagas y manejan bien su economía, le otorgaron el grado de inversión al país, lo que lo confirmó en el selecto club de países confiables.
Esa buena nota fue como un imán que atrajo más inversión a Colombia. De hecho, este año esa cifra podría superar los 17.000 millones de dólares, todo un récord para el país que hace apenas 10 años era mirado como “el patito feo del barrio”.
Las reformas aprobadas sobre regalías, regla fiscal y sostenibilidad, también han sido claves para hacer buen uso de los recursos y el adecuado manejo económico del país. A esto se suma que hay un aumento en el ingreso per cápita de los colombianos, creció la clase media, hay mayor consumo. Todo esto acompañado de una menor inflación lo que evidencia que el país va por el camino correcto.
Mientras el mundo desarrollado ve cómo sus finanzas públicas se agrietan y amenazan la estabilidad, Colombia también se destaca. De hecho la tasa a la que se le presta al país en el extranjero (prima de riesgo), es una de las más bajas de toda América Latina. Al cierre del primer semestre registraba un índice de 126 puntos que contrasta con el elevadísimo 511 español. A esto se suma el déficit fiscal de país que terminará el año entre el 1,5 y 2,0 por ciento.
Las cifras macroeconómicas dicen que Colombia va bien. Sin embargo todavía hay mucho por hacer en materia de equidad, disminución de la pobreza y el desempleo.
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