En las últimas semanas el país ha visto cómo poco a poco han ido surgiendo conatos de paros laborales en diferentes sectores productivos y sociales.
El año pasado, incluso a comienzos de este 2014, fueron frecuentes las movilizaciones campesinas en diferentes regiones, primero los cafeteros y después otros sectores agrarios que cesaron toda actividad.
Pese a ello, el Gobierno logró llegar a acuerdos con los sectores afectados para evitar que la situación se volviera más críticas.
Sin embargo, no deja de llamar la atención que estas movilizaciones y protestas laborales, protegidas constitucionalmente, hayan coincidido con coyunturas políticas.
Por ejemplo, en un tiempo relativamente corto se solucionó a comienzos de este año el cese de actividades de los empleados de la Registraduría Nacional del Estado Civil, que habían amenazado con no realizar las elecciones de Congreso y Presidente.
Pero no ha sido el único. Otros sectores han anunciado ceses de actividades indefinidos -algunos ya en curso- anuncios que coinciden justamente con la recomposición del gabinete ministerial.
Así, los sindicatos del Inpec reclaman del nuevo ministro de Justicia, Yesid Reyes Alvarado, que cumpla con el acuerdo que su antecesor, Alfonso Gómez Méndez, suscribió el pasado 28 de mayo.
También hubo hace pocas semanas un nuevo intento de paro en la Rama Judicial, pero no prosperó por divisiones internas de los sindicatos.
Ecopetrol, después de 40 días de negociación, logró este fin de semana un acuerdo para suscribir una nueva convención colectiva con los sindicatos de la USO y Adeco. Esa fue una de las primeras pruebas para el nuevo ministro de Minas, Tomás González.
Y aunque hasta la semana pasada Gina Parody no había asumido la cartera de Educación, ya el sindicato del magisterio anunció que entrará en cese indefinido de labores ante lo que llama “incumplimiento de los acuerdos pactados con el Ministerio de Educación el pasado mes de mayo”.
Por ahora se espera una nueva reunión entre las partes para tratar de conjurar el paro que comenzaría este miércoles 27 de agosto.
También se ha anunciado un paro indefinido de los trabajadores de la Dian, entidad que hace apenas mes y medio estrenó a Santiago Rojas como su nuevo director. Los trabajadores de la entidad argumentan incumplimiento de acuerdos laborales y salariales, y revisión de las plantas de servidores.
De no lograrse un acuerdo, el paro comenzaría este jueves 28 de agosto, justo cuando apenas la Dian lleva dos semanas recaudando el impuesto de Renta.
Movilizaciones sociales
Aunque por motivos diferentes a los salariales, también en los últimos meses se ha vivido una grave crisis, incluso de orden público, en distintas regiones por cuenta del cambio climático, la corrupción y la falta de inversión.
Santa Marta, La Guajira y Yopal son apenas algunos ejemplos de la crisis del agua, tema en los que ha sido muy activo el ratificado ministro de Vivienda, Luis Felipe Henao, pero que ahora debe compartir con su nuevo colega de gabinete, el ministro de Ambiente y Desarrollo Territorial, Gabriel Vallejo.
Y el nuevo ministro del Interior, Juan Fernando Cristo, tendrá que frentear no solo con el Congreso sino con la inconformidad social en regiones como Norte de Santander por cuenta de los problemas en la frontera; Cauca y Nariño que estuvieron varias semanas en paro cívico y ahora los camerinos de Nariño y Putumayo, que reclaman inversión social.
Estrategia efectiva
Dos expertos consultados tienen opiniones encontradas frente a estas ‘coincidencias’ entre protestas y cambio de gabinete.
El sociólogo y catedrático de la Universidad Nacional, Jaime Zuluaga Niño, descarta que se trata de una estrategia de los trabajadores para ‘medirles el aceite’ a los nuevos ministros.
“Estas protestas responden a procesos sociales y laborales que vienen de tiempo atrás y que el Gobierno ha incumplido, pero no responde a una política de articulación coyuntural. Eso sería hilar muy fino”, dice el experto.
Pero otra cosa piensan los trabajadores. Fabio Arias Giraldo, Secretario General de la CUT, afirma que esas ‘coincidencias’ efectivamente ha sido una estrategia recurrente.
“Ese es el propósito principal: recordarles a los nuevos ministros que el Gobierno ha suscrito acuerdos en diferentes sectores y no los ha cumplido. Es una forma que tenemos los trabajadores para comenzar a establecer interlocución con los nuevos ministros”, dice el dirigente sindical.
Y concluye que esta misma estrategia, en otras épocas “nos ha dado resultado”.
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