Con la gran sonrisa que siempre la caracteriza y un brillo de ilusión en sus ojos negros, llegó este jueves a Río la atleta antioqueña Caterine Ibargüen, promesa dorada de la delegación colombiana en estos Juegos Olímpicos.
Con el objetivo claro llegó a Brasil la doble campeona mundial y reina del salto Triple, que espera culminar todo el trabajo realizado en este cuatrenio bañándose con el anhelado oro olímpico por el que competirá los próximos 13 y 14 de agosto.
Tras haber subido al podio con la medalla de plata hace cuatro años en Londres, Caterine llega a estas justas con un registro casi imbatible y como virtual campeona de la Liga Diamante de esta temporada en la que solo ha perdido en una oportunidad, precisamente ante la kazaja Olga Rypakova, última atleta que había vencido a la colombiana en la final Olímpica de 2012.
La antioqueña llegó a Brasil en compañía de su entrenador, el cubano Ubaldo Duany, con el que preparó un riguroso plan de trabajo para los días previos a la competencia.
Pero además de prepararse para llevarse la de oro, Ibargüen saldrá a la pista en Río -cuatro años y ocho días después de colgarse el metal plateado en Londres con un salto de 14,80 metros-, con la intensión de superar su mejor marca, de 15,31 metros, que consiguió en Mónaco en 2014, en una de las paradas de la Liga Diamante, y si puede, intentar romper también la marca mundial de 15,50 metros que tiene en su poder desde 1995 la ucraniana Inessa Kravets.