El 2024 fue un año que consolidó al magnate sudafricano Elon Musk como una de las figuras más influyentes y controvertidas del mundo.
Desde sus apuestas en inteligencia artificial hasta las alianzas políticas y los avances en exploración espacial, el empresario se mantuvo en el centro de la atención global mes a mes. En noviembre pasado, durante su primer discurso como presidente electo de EE.UU., Donald Trump lo calificó como “un supergenio” y “una estrella” que seguiría brillando en el panorama internacional, reconocimiento público que simboliza el impacto de Musk en un año cargado de logros y controversias, tanto en lo tecnológico como en el plano político.
La relación entre Musk y Trump no fue solo simbólica. El multimillonario se convirtió en el mayor donante individual de la campaña presidencial, con más de 270 millones de dólares invertidos a través de America PAC. Este vínculo se materializó en su nombramiento como líder de una comisión para reducir el gasto público, un rol que despertó críticas por posibles conflictos de interés debido a los contratos gubernamentales de sus empresas, SpaceX y Tesla.
Además, la victoria de Trump impulsó las acciones de Tesla un 65%, elevando la fortuna personal de Musk a 440.000 millones de dólares, cifra histórica que lo consolidó como el hombre más rico de la historia moderna. Este incremento no solo reflejó la confianza de los inversionistas, sino también el papel estratégico que su figura desempeña en el ámbito político-económico de Estados Unidos.
Su influencia en la administración Trump promete ser duradera y significativa; analistas de medios especializados consideran que su participación en la Comisión de Eficiencia Gubernamental podría llevar a reformas profundas en la estructura del gobierno federal, enfocadas en reducir la burocracia y optimizar recursos.
Pero eso no es todo, parece que la política le quedó gustando porque el pasado fin de semana publicó un artículo de opinión en el dominical conservador alemán Welt am Sonntag, en el que reafirma y justifica su apoyo al partido de extrema derecha AfD de ese país. Se está metiendo en la actividad política de Alemania.
Tesla: avances y desafíos
En el ámbito empresarial, Tesla marcó hitos significativos en 2024. El lanzamiento del Model 2, un vehículo eléctrico asequible con un precio base de 25.000 dólares, representó un paso importante hacia la democratización de la movilidad sostenible.
Este modelo fue recibido con entusiasmo, especialmente en mercados emergentes donde la transición hacia vehículos eléctricos había sido lenta debido a los altos costos. Además, la compañía avanzó en el desarrollo de Optimus, su robot humanoide.
En un video difundido por Tesla, se mostró a Optimus doblando camisetas, una demostración sencilla pero que refleja el progreso en la automatización industrial. El robot no solo representa un avance tecnológico, sino también una promesa de revolucionar tareas repetitivas y peligrosas en el ámbito laboral.
Sin embargo, Tesla también enfrentó retos importantes, como las continuas críticas a su sistema Full Self-Driving, que permite a vehículos de la marca circular de forma autónoma por calles urbanas.
Desde su lanzamiento, en octubre de 2020, la plataforma ha sido objeto de señalamientos por algunos incidentes de seguridad, lo que obligó a la compañía a reforzar sus controles y mejorar su tecnología para evitar futuros accidentes. Este año, una caída en la demanda global también afectó los ingresos trimestrales, llevando a Tesla a reconsiderar sus estrategias de marketing y producción.
Lea también: Donald Trump y Elon Musk: una relación cruzada por el poder, la política y la innovación
Avances espaciales y conectividad global
Por su parte, otra de las empresas de Elon Musk también vivió un año destacado con avances cruciales. SpaceX logró atrapar exitosamente el propulsor Super Heavy en un vuelo de prueba, consolidando su liderazgo en la reutilización de cohetes y acercándose a su meta de llevar humanos a Marte.
Este logro fue ampliamente celebrado por la comunidad aeroespacial, marcando un hito en la historia de la exploración más allá de las fronteras terrestres. Además, el programa Starship demostró avances significativos en sus pruebas, consolidando la confianza de la NASA, que espera utilizar la tecnología de SpaceX para futuras misiones a la Luna.
Paralelamente, el proyecto Starlink, que comercializa internet de alta velocidad a través de una constelación de satélites en órbita baja, también registró un crecimiento sin precedentes, triplicando su tráfico global y expandiéndose a nuevos mercados, como Chad, Mongolia y Argentina.
Sin embargo, SpaceX no estuvo exenta de polémicas. La empresa enfrentó demandas por parte de exempleados que denunciaron un ambiente laboral hostil y represalias tras criticar la cultura corporativa de Musk.
Estas denuncias incluyeron acusaciones de acoso y discriminación, lo que obligó a SpaceX a implementar cambios en sus políticas internas para mejorar el ambiente laboral. A esto se sumó una batalla legal contra OpenAI, donde Musk acusó a la organización de traicionar su misión original sin fines de lucro al alinearse con intereses comerciales.
Esa disputa destacó las tensiones en un sector donde Musk también busca competir con su empresa xAI, que desarrolla el chatbot Grok y promete revolucionar la inteligencia artificial.
Grok, lanzado en beta para la red social X (antes Twitter) entre finales de noviembre y principios de diciembre, ya comenzó a captar la atención de analistas por su capacidad de integrarse con la plataforma, mostrando un potencial significativo en la creación de una experiencia de usuario unificada, pero abriendo un largo debate sobre los límites que deberían tener estos servicios a la hora de crear contenido, como imágenes de figuras públicas generadas a partir de un prompt.
X, ¿la superapp del futuro?
En ese terreno de las redes sociales, la transformación definitiva de Twitter en X fue otro hito clave de este año. Musk dio pasos firmes hacia su visión de convertir la plataforma en una “superapp”.
En julio pasado, X Payments, el servicio financiero integrado en la red social, obtuvo licencias en 28 estados de EE.UU., permitiendo a los usuarios realizar transacciones y almacenar dinero.
El desarrollo marcó el inicio de una nueva era para X, atrayendo tanto a usuarios individuales como a pequeñas empresas interesadas en aprovechar los beneficios de una red social con capacidades financieras. Aunque el proyecto enfrentó escepticismo, también generó expectativas sobre cómo podría redefinir el modelo de negocio de las redes sociales.
Paralelamente, Musk implementó cambios controversiales, como la eliminación parcial de la función de bloqueo, que generó un debate sobre privacidad y seguridad en la plataforma, en una decisión que provocó reacciones mixtas entre los usuarios, con algunos elogiando el enfoque de “transparencia” mientras otros criticaron el impacto en la privacidad.
Admirado por muchos debido a sus logros visionarios y criticado por otros, dado su estilo controvertido, la capacidad de Elon Musk para generar debate sin duda lo consolida como una de las personalidades más influyentes de nuestra época y uno de los grandes personajes protagonistas del 2024 en el plano internacional.
Otros dos personajes internacionales de relevancia en 2024
Donald Trump, también fue una figura clave este año, consolidando su influencia política tras ganar las elecciones presidenciales de 2024, pues su visión disruptiva y su capacidad para conectar con millones de seguidores redefinieron el panorama político en Estados Unidos, enfrentando directamente a las instituciones tradicionales y defendiendo una forma de liderazgo que desafía lo establecido. Reconocido como Persona del Año por la revista Time, Trump sigue marcando el rumbo de los debates nacionales e internacionales, convirtiéndose en un referente para quienes buscan una transformación profunda en el sistema.
Asimismo, Javier Milei irrumpió en el panorama político internacional como una figura disruptiva que desafió el statu quo en Argentina, puesto que, dede su llegada a la presidencia en 2023, su estilo vehemente y directo, junto a sus propuestas audaces, ha dividido opiniones, pero también ha movilizado a una sociedad en busca de transformaciones profundas, por lo que marcó un cambio radical en la forma de hacer política, con un discurso que, según él mismo, prioriza la autonomía individual, la reducción del poder estatal y un modelo económico que busca romper con las viejas estructuras.
