Ir al baño, a la sala o a la cama de sus papás ya no es una odisea para Miguel Ángel Álvarez Londoño y para su familia por cuenta de la enfermedad huérfana que sufre este menor de 12 años. Todo porque cuenta con una grúa que se consiguió mediante la gestión de algunas organizaciones y de este medio de comunicación.
Laura Milena García, mamá de Miguel Ángel, no deja de agradecer la solidaridad que le permitió contar con este elemento para que no sea necesario cargarlo en sus brazos por toda la casa en cada momento. Antes debía ella, con apoyo de su esposo, hacer fuerza por varios minutos para subirlo a una silla de ruedas o trasladarlo hacia el baño. Ahora, esta herramienta les permite ponerles un arnés y transportarlo en esta grúa hasta donde necesiten.
“La vida nos cambió demasiado a todos porque antes tenía que cargarlo para subirlo o bajarlo de la cama o para bañarlo. Ahora usamos la grúa, lo sentamos en el arnés y lo llevamos hasta la silla de ruedas o a la silla donde lo sentamos para bañarlo”, relató Laura Milena.
EL COLOMBIANO publicó el pasado 17 de septiembre la historia de Miguel Ángel y el clamor de Laura Milena para poder conseguir esta grúa, principalmente porque los esfuerzos necesarios para transportar a este joven les estaban generando daños físicos tanto a ella como a su papá, quien incluso debió ser intervenido de una hernia en su espalda.
Los problemas físicos de los padres de Miguel Ángel se comenzaron a hacer evidentes desde hace un par de años, cuando empezó a pesar más, producto de su proceso de crecimiento. En la actualidad su peso está rondando los 50 kilos y la mayor dificultad es que por cuenta de su enfermedad no puede hacer la más mínima fuerza para apoyarlos, aunque él quisiera hacerlo.
Este joven nació con una atrofia muscular espinal tipo 1-C, una enfermedad que provoca una degeneración progresiva de las neuronas motoras de la médula espinal y que afecta todas las funciones, incluyendo el habla, la deglución y la respiración. Por su condición, nunca pudo gatear ni dar su primer paso, como lo haría cualquier bebé.
Si bien esta grúa ha sido una bendición para la familia Álvarez Londoño, para Miguel Ángel ha sido todo un desafío poderla usar, debido a que le tiene miedo a las alturas. Y si bien, la altura de este elemento no supera los dos metros, para él es sentirse, así sea por uno, al borde del vacío.
“A mí me gustó mucho la grúa, aunque me da mucho susto subirme porque me dan miedo las alturas. Tengo que reconocer que nos ha ayudado mucho en estos meses tanto a mí como a mi familia”, relató este menor de edad, quien cumplió sus 12 años el pasado 13 de diciembre.
Con esta grúa, que se logró mediante la campaña liderada por la fundación Un Viejo Favor, esta familia se pudo ahorrar un complejo trámite en una EPS para poderla adquirir, debido a que era un dispositivo de alto costo y requería el estudio de un staff médico para que se la entregaran.
“Nos han puesto trabas para podernos entregar esta grúa y la verdad es una urgencia para que no terminemos todos enfermos”, manifestó Laura Milena en septiembre pasado, indicando que en el mercado una grúa valía unos $4 millones, la más barata.
Entre las especificaciones del dispositivo que hay en la casa de Miguel Ángel está que cuenta con una capacidad para transportar a una persona de más de 100 kilos y por sus dimensiones no requiere un espacio muy amplio para ubicarla en el cuarto de este joven.
Toda la familia cuida la grúa como un tesoro, debido al esfuerzo que costó conseguirla y a lo mucho que les ayuda en sus labores con Miguel Ángel. Incluso tienen algunos de los papeles que traía de protección “porque no queremos que se raye o se nos empiece a dañar”, expresó Laura Milena.
En medio de los cuidados y el cariño que le cogieron a esta grúa, Miguel Ángel le puso en la parte superior como decoración un peluche de un chigüiro (o capibara) , al cual bautizó Gokú, como el personaje principal de Dragon Ball.
La enfermedad que tiene Miguel Ángel no le impidió terminar con excelentes resultados el cuarto grado en la Institución Educativa Cristo Rey, ubicada a unas cuadras de su vivienda.
Sin embargo, ante las dificultades para poderlo bajar todos los días desde el tercer piso de su casa para llevarlo a estudiar y a las terapias a las que debe asistir, para el 2026 la familia tomó la decisión de que cursara el último grado de primaria mediante la virtualidad.
Esto se suma a que esta familia tiene planes de mudarse a una vivienda que quede en un primer piso para evitar los esfuerzos de tenerlo que bajar cargado por las 40 escaleras cada que sea necesario llevarlo a hacer alguna actividad por fuera de su vivienda.
Pero estos nuevos retos son mirados con optimismo por parte de Miguel Ángel y su familia, tanto que este joven está entusiasmado por llegar a un nuevo lugar y tener unas mayores comodidades para él y su familia.