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Medellín 350 años | PUBLICADO EL 26 octubre 2025

Candelaria Café Bar surgió entre charlas de amigos y rock

Tres amigos decidieron crear un espacio para gustos musicales alternativos. Hoy esa idea es Candelaria Café Bar, un hito empresarial en Angostura.

  • En las festividades del pueblo, los clientes de ambos negocios hacen fila para entrar a los espacios. FOTO Camilo Suárez
    En las festividades del pueblo, los clientes de ambos negocios hacen fila para entrar a los espacios. FOTO Camilo Suárez
  • En las festividades del pueblo, los clientes de ambos negocios hacen fila para entrar a los espacios. FOTO Camilo Suárez
    En las festividades del pueblo, los clientes de ambos negocios hacen fila para entrar a los espacios. FOTO Camilo Suárez
Por ANA KARINA MUÑOZ GUTIERREZ

En un bar de rock en Yarumal, estaban sentados tres jóvenes de Angostura: Malory Posada y los hermanos Samuel y Mariana Luján. Viajaron casi una hora con el objetivo de disfrutar de música alternativa (rock, balada, pop) que era rara en su pueblo. De las charlas de esa noche, surgió la idea de crear un lugar para personas con gustos similares. Inspirándose en sitios como Mi Son de Yarumal y los bares de La Candelaria en Bogotá, fundaron Candelaria Café Bar. Encontraron un local en la zona de negocios de Angostura, lo acondicionaron con una barra de madera, pósters vintage y luces cálidas. Su objetivo era que se sintiera “como una invitación a la pausa, al diálogo”, cuenta Mariana.

Ninguno tenía experiencia en el manejo de negocio similar, pero el entusiasmo no los detuvo. Mariana se convirtió en la host y DJ, Samuel, en el encargado de la cocina, y Malory, en la experta en coctelería y finanzas.

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Sus esfuerzos se enfocaron en la fidelización, sin importar si el cliente fuera citadino o campesino. Esto provocó que el público de los otros locales pronto invadiera a Candelaria, y con ellos, llegaron los gustos populares: la guasca, el vallenato y la música popular. De excepción en excepción, esta se convirtió en la normalidad del negocio.

La esencia había cambiado, sin embargo, sintieron un compromiso con seguir brindando a las personas del municipio un lugar de esparcimiento agradable. Decidieron adaptarse, cambiaron la estética del lugar y Candelaria se convirtió en Candelaria Disco Bar. El éxito fue arrollador, durante las festividades se hacían filas para ingresar, por lo que tuvieron que ampliarse, y la oficina jurídica de Mariana se convirtió en la expansión del bar.

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Por otro lado, la cocina de Samuel, quien hace tortas desde los siete años, creció. Él empezó a estudiar una técnica en industria alimentaria y se dedicó más a la repostería. Vendían tortas y postres en Candelaria y a domicilio, y pronto lograron un reconocimiento importante: el Primer Puesto de Producto Innovador del Norte en 2024 de la Cámara de Comercio de Medellín para Antioquia. Lo consiguieron con un entremet hecho con ingredientes de la región, como bizcocho de café, mousse con sabor a tomate de árbol y un cremoso gurisape.

Ese logro los inspiró a continuar y a crear el espacio que faltaba para el nicho original: “ya tenemos lo que nos financia, ahora creemos otra vez el espacio de nosotros”, cuentan. Ahorraron de las ganancias del Disco Bar, y con una sólida base financiera, crearon de nuevo a Candelaria Café Bar, dedicado a la música alternativa, al café y a la repostería de Samuel. Frente a frente, los dos mundos de Candelaria finalmente convergen en el territorio: un público puede disfrutar de un café y una tertulia, y solo cruzar la calle para cantar a grito herido sus canciones populares y de cantina.

En un bar de rock en Yarumal, estaban sentados tres jóvenes de Angostura: Malory Posada y los hermanos Samuel y Mariana Luján. Viajaron casi una hora con el objetivo de disfrutar de música alternativa (rock, balada, pop) que era rara en su pueblo. De las charlas de esa noche, surgió la idea de crear un lugar para personas con gustos similares. Inspirándose en sitios como Mi Son de Yarumal y los bares de La Candelaria en Bogotá, fundaron Candelaria Café Bar. Encontraron un local en la zona de negocios de Angostura, lo acondicionaron con una barra de madera, pósters vintage y luces cálidas. Su objetivo era que se sintiera “como una invitación a la pausa, al diálogo”, cuenta Mariana.

Ninguno tenía experiencia en el manejo de negocio similar, pero el entusiasmo no los detuvo. Mariana se convirtió en la host y DJ, Samuel, en el encargado de la cocina, y Malory, en la experta en coctelería y finanzas.

Sus esfuerzos se enfocaron en la fidelización, sin importar si el cliente fuera citadino o campesino. Esto provocó que el público de los otros locales pronto invadiera a Candelaria, y con ellos, llegaron los gustos populares: la guasca, el vallenato y la música popular. De excepción en excepción, esta se convirtió en la normalidad del negocio.

La esencia había cambiado, sin embargo, sintieron un compromiso con seguir brindando a las personas del municipio un lugar de esparcimiento agradable. Decidieron adaptarse, cambiaron la estética del lugar y Candelaria se convirtió en Candelaria Disco Bar. El éxito fue arrollador, durante las festividades se hacían filas para ingresar, por lo que tuvieron que ampliarse, y la oficina jurídica de Mariana se convirtió en la expansión del bar.

Por otro lado, la cocina de Samuel, quien hace tortas desde los siete años, creció. Él empezó a estudiar una técnica en industria alimentaria y se dedicó más a la repostería. Vendían tortas y postres en Candelaria y a domicilio, y pronto lograron un reconocimiento importante: el Primer Puesto de Producto Innovador del Norte en 2024 de la Cámara de Comercio de Medellín para Antioquia. Lo consiguieron con un entremet hecho con ingredientes de la región, como bizcocho de café, mousse con sabor a tomate de árbol y un cremoso gurisape.

Ese logro los inspiró a continuar y a crear el espacio que faltaba para el nicho original: “ya tenemos lo que nos financia, ahora creemos otra vez el espacio de nosotros”, cuentan. Ahorraron de las ganancias del Disco Bar, y con una sólida base financiera, crearon de nuevo a Candelaria Café Bar, dedicado a la música alternativa, al café y a la repostería de Samuel. Frente a frente, los dos mundos de Candelaria finalmente convergen en el territorio: un público puede disfrutar de un café y una tertulia, y solo cruzar la calle para cantar a grito herido sus canciones populares y de cantina.

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