La Madrid viva que nunca duerme

Una ciudad con gran actividad cultural y oferta gastronómica, es un destino ideal para ir de compras.

El edifico Metrópolis da la bienvenida a una de las principales arterias viales de la capital de España, la Gran Vía. FOTO Sstock

Si hay algo que tiene Madrid es que está viva. A todas horas se encuentra gente y hay actividad en las calles. Los que caminan al trabajo se mezclan con los turistas en la Gran Vía, la principal arteria de la capital, con el imponente edificio Metrópolis que sirve de antesala arquitectónica a una calle llena de tiendas, cines y cafeterías.

Las largas avenidas permiten salir a correr a las cinco de la tarde, cuando el atardecer del verano o la entrada del otoño se prolonga y terminar si se quiere de noche con una vista de la Puerta de Alcalá. Últimamente, el divertimento de algunos es zigzaguear en una patineta eléctrica por entre el tráfico vertiginoso, lo que no siempre agrada a los conductores.

Para los gatos, como se les conoce a los madrileños, el encanto de Madrid pasa por “un cielo siempre azul, no importa la estación en que se encuentre”, dice la traductora María José Delgado, que vive cerca a la plaza de Tirso de Molina, en el clásico centro de una urbe fascinada con ir de tapas.

El picoteo puede empezar con una caña bien fría —es decir, una buena cerveza— y una selección de croquetas, jamón serrano y tortilla. El vermut, jerez o el vino también son bienvenidos.

La fiesta se puede prolongar en alguno de los mercados como el de San Miguel y más reciente, Platea, un teatro reacondicionado en el que se come y se disfruta de la música en vivo, desde diversos niveles. La confluencia de locales y visitantes también se extiende a zonas como Argüelles, Huertas y Castellana, Chueca, Malasaña o Salamanca, que nunca duermen.

Completo destino

El encanto de esta ciudad europea está sustentado. De acuerdo con datos de la Cámara de Comercio de Madrid, es el centro de negocios y financiero de España, con más de 500 mil empresas asentadas allí. Acoge el 40 % de las empresas extranjeras que se instalan en la península ibérica.

Es la novena ciudad del mundo mejor conectada, y suele ser punto de partida para que viajeros latinoamericanos inicien su periplo por el continente europeo.

Según datos compartidos por la Cámara de Comercio y la Dirección general de Comercio de la Comunidad de Madrid, encabezada por Marta Nieto Nova, España ha recibido el doble de turistas colombianos en tres años gracias a la eliminación del visado, mejores condiciones del cambio de moneda y al aumento de la frecuencias aéreas desde nuestro país: en un año (entre 2017 y 2018) se incrementó en un 8,03 % el número de vuelos regulares.

En 2018 se registraron más de 426 mil visitantes. En general, estos turistas son aficionados al “multidestino”, por lo que de esta capital parten a otras del viejo continente. Tienen una estancia media mínima de diez días y aprovechan Madrid como destino cultural y de ocio; gastronómico y, por supuesto, de compras.

Para este perfil de turista, urbano, que prefiere comprar en su propio idioma, se ha diseñado estrategias como Madrid siete estrellas, una iniciativa que organiza eficientemente la oferta en siete rutas.

Entre ellas está la que reúne a las prestigiosas y lujosas firmas de moda y joyería, en la calle Serrano, considerada como la Milla de Oro. También está las de Fuencarral, con tiendas modernas. Se incluyen opciones como el pintoresco El Rastro para encontrarse con objetos curiosos.

Muy auténticos

Buena parte de los compradores buscan productos españoles. Un ejemplo de ello es Lepanto, empresa especializada en artículos de cuero de cordero, proveniente de la provincia de Ubrique, y hechos pieza a pieza en España.

Eduardo Marina, presidente de Lepanto, explica que estos productos artesanales son apreciados “porque la precisión de la mano no la da la máquina”. De hecho, en su tienda se puede ver a un artesano que hace un bolso en un día, y se tarda este tiempo, porque incluye procesos como el lujado (pulido) que da un acabado con lo cual una billetera o tarjetero duran para siempre.

Otro clásico es Seseña, la única empresa en el mundo especializada en la fabricación y venta de capas. En la actualidad, la gerencia Marcos Seseña, quien representa la cuarta generación de la familia, y cuenta que personajes como Picasso o Hillary Clinton optaron por esta prenda para abrigarse del frío. En la tienda centenaria en la calle de la Cruz aún se corta el paño y se arma de forma artesanal.

Como estos hay innumerables tesoros que se descubren en las calles madrileñas, que nunca duermen.

* Por invitación de la Cámara de Comercio de Madrid.

ciudades Patrimonio de la Humanidad cerca a Madrid, entre ellas Aranjuez y Toledo.

CUATRO COSAS QUE SOLO SE ENCUENTRAN EN MADRID

UN CHOCOLATE CON CHURRO
Es común hacer fila en la chocolatería San Gines en pleno centro de Madrid, cerca a la Puerta del Sol, un local que desde 1894 vende la clásica combinación para un desayuno auténtico: chocolate y churros. Esta tradición también puede encontrarse en todas las cafeterías de la ciudad.

ENCONTRARSE EN LA PUERTA DEL SOL
Aquí converge una cantidad de gente que va de compras o se desvía a visitar calles emblemáticas como Preciados o la Plaza Mayor. Es una curiosidad buscar y encontrar el kilómetro cero en el piso de la Puerta del Sol, que revela el lugar exacto donde está el centro de la red de carreteras de España.

DESLUMBRARSE CON UN PASEO DEL ARTE
El Paseo del arte, de algo más de un kilómetro de recorrido, concentra la mayor densidad de obras del arte del mundo. Además, en esta capital hay más de 100 museos, cerca de 200 teatros y una innumerable cantidad de galerías y salas de exposiciones que hablan de la permanente oferta cultural.

DISFRUTAR DE UN CAFÉ LITERARIO
Desde 1888, el café Gijon es epicentro de tertulias literarias. Tomarse un café aquí es encontrar el ambiente que vivieron escritores como benito Pérez Galdos o Valle-Inclán. En otros lugares como el restaurante Los Galayos se reunió por última vez el grupo de la Generación del 27 antes de la guerra civil.