El exciclista Luis Alberto ‘Lucho’ Herrera, que le dio grandes glorias al país sobre su bicicleta, está inmerso en un escándalo porque, presuntamente, es el responsable de la desaparición forzada de cuatro personas. Por ello, cercanos a las víctimas vandalizaron la estatua del corredor en Fusagasugá, quien llegó hasta el lugar para confrontarlos.
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Herrera fue vinculado por la Fiscalía a una investigación tras las declaraciones de los paramilitares Luis Fernando Gómez Flórez, alias Ojitos, miembro de las llamadas Autodefensas Campesinas del Casanare; Héctor Díaz Gaitán, alias Camargo; y de Óscar Andrés Huertas Sarmiento alias Menudencias, sobre la desaparición forzada de cuatro personas, al parecer, para quedarse con sus tierras.
Tras conocerse el caso, las víctimas decidieron ir a Fusagasugá, donde está la estatua del corredor y la vandalizaron (pintaron la estatua y le pusieron un fusil), y el ciclista llegó hasta el lugar junto a su esposa, protagonizando una confrontación verbal con los manifestantes.
Algunos, han empezado una campaña en redes sociales para que la estatua sea derribada, mientras que Herrera, ha dicho que es inocente y que espera limpiar su nombre de las acusaciones que le han hecho.
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Según conoció este medio, tras la intervención de la Policía se logró que las personas que protestaban dejaran el lugar sin tener ningún requerimiento judicial por el daño que le ocasionaron a la estatua, mientras que Herrera y su esposa también abandonaron el lugar, argumentando que el exciclista es inocente.
En los videos que circulan en redes, las víctimas le reclaman a Lucho Herrera, quien dice que es inocente y que espera que la justicia logre dar claridad sobre lo que pasó y pueda limpiar su nombre de las acusaciones que ha catalogado como falsas.
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Entre las víctimas se encuentra Hermencia Vega García, madre de Diuviseldo Torres Vega, uno de los cuatro vecinos del exciclista que, según el testimonio de tres exparamilitares, fueron desaparecidos en octubre de 2002, luego de que supuestamente Herrera los acusó de ser milicianos de las Farc. Sin embargo, al parecer el supuesto interés habría sido, presuntamente, despojarlos de sus tierras luego de su negativa a venderlas.
Las otras víctimas de lo ocurrido son Gonzalo Guerrero Jiménez, Víctor Manuel Rodríguez Martínez y José del Carmen Rodríguez Martínez, cuyas muertes fueron declaradas como crimen de lesa humanidad, es decir, imprescriptibles.
