En 2013 cuando los encargados de recolectar las estadísticas de las divisiones menores de las diferentes franquicias adscritas al béisbol estadounidense lo situaron como el 14° mejor prospecto de la South Atlantic League, una de las ligas que hace parte del programa de proyección de peloteros, Jorge Alfaro comenzó a mostrar bondades para llegar y consolidarse, algún día, en las Grandes Ligas.
En esa ocasión, según los datos consignados en Baseball America, una de las más importantes publicaciones norteamericanas que cubre el béisbol con un enfoque particular en los jugadores prometedores de las escuelas secundarias, la universidad, Japón y las ligas menores, apareció en 104 partidos con la escuadra de los Crawdads, con sede en Hickory, Carolina del Norte, posicionándose entre los líderes del club en dobles (3o), carreras (5o), jonrones (5o) y carreras impulsadas (5o), cifras que, al decir de los cronistas, permitían pensar en que se estaba “cuajando” un pelotero de gran poder.
Alfaro se desempeñaba indistintamente, como lo utilizara el manager, en calidad de primera base o de receptor. Fue seleccionado también para el Juego de Futuras Estrellas. Así empezó a proyectarse, superando cada vez objetivos hasta llegar, tres años después, a la organización de los Filis de Filadelfia que se dejó tentar por el rendimiento estadístico que cada vez se incrementaba a tal punto de ser seleccionado como un jugador All-Star de mitad de temporada de la Liga del Este de las menores y lo convocó a su primer equipo en la Gran Carpa ya cerrando la campaña regular en septiembre de 2016.
Se consolidó, igualmente, como jugador detrás del plato (receptor). “No solo en las divisiones menores demostró condiciones y buen brazo, también lo hizo cuando fue convocado a hacer parte de los procesos de Selección Colombia”, expresa Raúl Porto Cabrales, experto en el tema.
En las Mayores, este jugador nacido en Sincelejo, apodado El Oso y de 27 años de edad, ya cuenta cuatro temporadas (las tres primeras con Filis y las dos más recientes con Marlins).
Es reconocido por su poder al bate y su solidez defensiva. No en vano ajusta un promedio ofensivo de .264 de por vida, con 33 cuadrangulares, siendo el cuarto pelotero colombiano en la historia con más vuelacercas detrás de Édgar Rentería (140), Orlando Cabrera (123) y Giovanny Urshela (35) y se acerca a su turno 1.000 (sin contar la actividad de anoche, en el juego que disputaba Marlins con los Azulejos sumaba 927 en 282 partidos).
No obstante, ese rendimiento se ha visto afectado en 2020 por la poca actividad: apenas ha disputado 9 encuentros (29 veces al bate, 6 hits, 2 impulsadas), situación que le dejó el covid-19, tras haber sido el primer pelotero en ser separado de su equipo, al dar positivo antes del inicio de la temporada actual y cuyas secuelas intenta superar, pues lastimosamente se ha perdido 21 juegos, lo que implica un promedio bajo de bateo: .207
Joe González, quien cubre los campos de entrenamiento de los Marlins, explica que pese a los contratiempos Alfaro explicó que trabaja con ánimos y empeñado en subir su rendimiento en lo que alta de la campaña y luego en la postemporada, pues Marlins, convertido en uno de los equipos sorpresa de la Liga Nacional (luego de no contar con 19 peloteros de su plantilla contagiados con el coronavirus) es segundo y apunta a clasificar a la siguiente fase.
“A principio de año, a Alfaro se le vio con menos peso y eso tuvo su explicación ya que en vacaciones comenzó una dieta más saludable, trabajando en la finca de su padre en Colombia y corriendo en pistas”. El dato es concreto: bajó casi 15 libras en comparación con el 2019, cuando pesaba 225 (103 kilos)”.
Eso, según el colombiano tiene su explicación: le permite ser más ágil y no maltratar tanto las rodillas pues su labor en el la receptoría lo obliga a estar casi todo el juego de cuclillas.
“Me siento más liviano. Si estoy muy pesado, será malo para mis rodillas. Así cuido mis piernas”, dijo en esa charla. Por lo pronto, apunta a recuperar esa forma que lo llevó, el año pasado a ser uno de los baluartes de los Marlins, al dejar su historia con 130 partidos jugados, 431 turnos, 113 hits, 18 jonrones y 57 carreras empujadas consolidando su mejor producción desde que llegó a las Mayores.