Mujeres que aceleran en los deportes de motor

Colombia está cerca de tener una piloto de F-1, pero
la población femenina de practicantes no es alta.

Tatiana Calderón, la principal exponente mujer de los deportes de motor. FOTO cortesía Alfa Romeo Sauber

Pese a la imagen que ha dejado Tatiana Calderón en las pistas del mundo, incursionando en la Fórmula E (carros eléctricos) y en la F-1 (la máxima categoría), la presencia de la mujer en los deportes de motor en Colombia muestra la otra cara: una población casi inexistente.

¿Por qué? Un solo dato podría ilustrar el tema: Tatiana es la única colombiana que maneja autos de carreras en pruebas internacionales. Y escasamente otras seis lo hacen en el país, como lo certifican las diferentes federaciones que agrupan los denominados deportes de motor (autos, karts y motos).

En el motociclismo colombiano, que incluye la práctica de tres distintas modalidades (motocrós, motovelocidad y enduro) hay alrededor de 40 mujeres, convirtiéndose en la especialidad más buscada por ellas. Y en karts, la cifra llega a 8, según el censo que tienen las respectivas federaciones (Fedeautos, Fedemotos y Fedekart).

En hombres se superan las expectativas pues, según esas entidades, hay cerca de cien practicantes. Y es buena cifra, dicen, teniendo en cuenta que estos deportes requieren de altas inversiones económicas. Por ejemplo, un auto de competencia en turismo (carros modificados para que tengan mayor potencia y aerodinámica) tiene un costo que supera los $30 millones. O una moto, acondicionada para velocidad o exigentes trochas, requiere inversiones de más de $6 millones, sin contar el valor por mantenimiento, mecánicos y ayudantes.

Pero, ¿cuántas de ellas pueden aspirar a las ligas mayores en estos deportes? Expertos consultados, como los dirigentes Ricardo Soler, Ramiro Londoño, Carlos Andrés Ramírez, Claudia Menjure y Hernán Cuartas, coinciden en que, al igual que en el caso de los hombres, eso depende de varios factores: poder económico, pericia al conducir, amor por la velocidad y que cuenten con acceso a escenarios para la práctica.

“Las mujeres han demostrado capacidades similares a las de ellos; sin embargo, hay temas culturales, como pensar que son deportes exclusivamente de corte masculino que impiden un mejor desarrollo de esas condiciones”, señala Cuartas.

Calderón, nacida en Bogotá hace 25 años y que ya probó fortuna en la máxima categoría, la F-1, está convencida de que una de las causas de la baja presencia femenina es que no hay referentes a seguir, es decir, pilotos colombianos de recordación, como sucedió, entre 2001 y 2006 con el boom masculino de Juan Pablo Montoya.

El otro punto y en el cual coinciden varias deportistas es la falta de cultura y la forma de pensar de la gente y, en especial, los padres de familia, que ven estas prácticas como peligrosas, difíciles de practicar y reservadas para los hombres. “Piensan que no estamos para competir. Para cambiar ese rumbo se requiere motivación y demostrar que hay madera para salir adelante”, asegura Tatiana, quien el año pasado tuvo la posibilidad de montarse en un auto Fórmula 1, con el equipo Sauber.

Igual piensa Alicia Goggel, bronce en el Campeonato Latinoamericano de motocrós, realizado en México el año pasado y quien para sobresalir debió radicarse en Estados Unidos.

“Al temor, porque son modalidades que para el común de la gente son consideradas de riesgo, se suman factores como la desinformación sobre estos deportes, el poco apoyo estatal y de la empresa privada, y la falta de escenarios para los pilotos ya sean hombres o mujeres”.

Este panorama, sin embargo, no es solo de Colombia. Ningún país puede jactarse de ser potencia femenina en estas disciplinas. Solo cinco, en automovilismo, han llegado a la gran carpa (F-1) desde 1950 cuando se empezaron a disputar los campeonatos mundiales, compitiendo de forma esporádica, pues ninguna ha estado en una temporada completa. Y, en el caso del máximo evento del motociclismo de élite, el campeonato llamado MotoGP, no ha tenido presencia en 70 años.

No obstante, los expertos elogian la capacidad femenina, tal como lo expresa Frederick Vasseur, jefe de la escudería Sauber que orienta a Tatiana y quien refleja tal pensamiento en la siguiente afirmación: “Si quieres considerar a Tatiana como piloto, entonces tienes que considerar a Tatiana exactamente igual a los demás. Seguro, cuando tengo que hablar de ella, tengo que decir ‘ella’ en lugar de ‘él’, pero aparte de eso creo que debemos llevarla de la misma forma. Si empiezas a hacerlo diferente, entonces estás considerando que no está haciendo el mismo trabajo”.