Es difícil hablar de la historia del babyfútbol sin mencionar a Fátima.
El tradicional equipo antioqueño se ha encargado de dejar huella en la Marte 1 con jugadores de soberbia actuación y equipos que se lograron divertir, en las soleadas tardes, a los miles de aficionados. Fátima es, por decirlo así, un rey sin corona del certamen, pues se ha quedado a las puertas del título en varias ocasiones.
Hoy, el equipo que dirige Wálter Yesid Restrepo empieza a escribir otro capítulo en ese escenario, uno bastante especial por las características del onceno que asumirá el reto.
“16 de los 18 jugadores que participarán son sub-11, es decir, regalamos un año pues la categoría del torneo es sub-12. Aún así las expectativas son altas. Este equipo ha sido tres veces campeón en Antioquia de Liga”, expresa el técnico Wálter.
El logro de Restrepo y sus pupilos es notable. En una fase clasificatoria que convocó a 120 equipos para entregar solo nueve cupos, este elenco impuso su fútbol en una categoría en la que pesa mucho la talla y en la que, al estar un año por debajo, daba ventajas en ese aspecto.
“La clave es que hay un proceso. Yo llevo con ellos desde que tenían 8 años. Se conocen y, sobre todo, se divierten. Son muy inteligentes y entienden que en la edad en la que están el fútbol no puede ser de vida o muerte”, señala el entrenador.
Wáter reconoce que sería “un sueño muy generoso” pensar en disputar el título con un equipo que, aunque talentoso y ganador, no puede desconocer que cede terreno por el tema de la edad ante conjuntos favoritos del certamen.
De todos modos, guarda dos cartas bajo el brazo. La primera es la experiencia, pues hace tres años Restrepo clasificó a Colinas de Calasanz al Festival, también con un año menos que el promedio del torneo. Ese mismo equipo, al año siguiente, representando a Fátima, disputó uno de los partidos más recordados en la historia del certamen al medirse ante La Nubia en una semifinal en la que comenzó ganando, pero en el minuto 63, después de señalar el final del juego, el árbitro se retractó y pitó un penalti en contra de Fátima que mandó el juego a la definición desde los doce pasos, donde, finalmente, La Nubia se quedó con el tiquete para la final y posteriormente con el título.
La segunda carta del técnico es la paciencia, porque sabe que si en esta edición su equipo puede dar ventajas en cuanto a la edad, en la edición próxima muchos de sus dirigidos podrían tener el lujo que pocos pueden darse: una segunda participación en el Festival pues llegarán con la edad requerida y este escenario podría ofrecerle la oportunidad a él y a sus muchachos de contar con la invaluable experiencia de una edición previa y acercarse al sueño que el club ha visto postergado durante tantos años: el título.
Por ahora, la tarea inicial para Wálter es mantener a los chicos enfocados. “Es el torneo más popular de Suramérica en estas categorías. Hay cámaras, miles de personas. Esperemos que el ambiente no los absorba. Es difícil, apenas tienen once años. Van a estar con ansiedad, con ganas de mostrar su talento. Es un momento inolvidable, pero es importante que sepamos darle un buen manejo a esto y recordarles que están en etapa formativa y el objetivo es gozar”, enfatiza.