Al estadounidense Noah Lyles no le tiembla la voz para asegurar que él es el más rápido del mundo y que siempre lo será. Así, sin titubeos, y con una seguridad tal que muchos confunden con arrogancia, se describe el actual “showman” del atletismo, deporte que desde este jueves empezará a iluminar los Juegos Olímpicos de París-2024 y en los que Lyles buscará, desde el fin de semana, las medallas de oro en 100, 200 y el relevo 4x100 metros.
Un reto mayor al que le quiere sumar los récords mundiales (9.58 en 100 m y 19.19 en 200 m) que están en poder de Usain Bolt, el jamaiquino que al retirarse, en 2017, dejó huérfana la velocidad sin que aún llegue su verdadero sucesor. ¿Será Lyles?
Todo se despejará desde el domingo (final de los 100 metros), cuando Noah, de 27 años, nacido en Gainesville, Florida, Estados Unidos, le dé brillo a las pistas con su calidad técnica y personalidad, pues es extrovertido y polémico. El actual campeón mundial de los 100 y 200 metros, logros que obtuvo el año pasado en Budapest, quiere ratificar su grandeza y demostrar que todo se puede, pues siendo un niño sufrió de asma y solo él creía que se convertiría en atleta profesional.
Este velocista jovial, que según el portal www.runnersworld.com es fan del anime, hace música y es un luchador de la salud mental. Tiene un hermano menor (Josephus) que también es integrante del equipo de Estados Unidos. Juntos le dieron vida a Lyles Brothers Sports Foundation en 2020, para “empoderar a los jóvenes mediante el avance de la salud y el bienestar en la comunidad”.
Respecto a su afición al anime, la misma publicación dijo que en 2020 el favorito de Noah era Full Metal Alchemist y que su manga preferida era Garden of Eden. En relación con la música, cuenta que este rayo del deporte base ha grabado y lanzado varias canciones que se encuentran en Spotify con su nombre artístico, Nojo 18. Igualmente, ha colaborado con la banda Baba Shrimps e interpretado canciones en eventos deportivos .
El tema de la salud mental es tan importante para Lyles (en Tokio-2021 solo logró bronce en 200 metros) que tiene tres terapeutas: uno diario, uno deportivo y otro para el luto. Aseguró que este recurso le ha permitido llegar a París en gran forma, dispuesto a devorarse las pistas.
“Los últimos Juegos Olímpicos (Tokio-2021) no fueron para mí como tenía previsto. Ahora llego sin estar deprimido, sé que no serán lo mismo, serán mucho mejores”, comentó este lunes en rueda de prensa en la capital francesa y reproducidas por AFP, al agregar que le pasó factura tener que correr sin público por la pandemia.
En el encuentro con los periodistas, el estadounidense develó que cuando está detrás de los tacos de salida es cuando se dice normalmente que es la hora del show. “Recuerdo que en Tokio me dije que aquello no era divertido, que no estaba bien. No es lo que yo imaginé, ni lo que quería. Todo eso antes de tomar la salida es algo malo”.
Pero eso cambiará porque en el Estadio de Francia en Saint Denis tendrá el aliento de 75.000 espectadores que se esperan para las finales, que aguardan ver hacer trizas las marcas de Bolt en las piernas de Lyles, que quiere hacer realidad sus palabras. “Cuando más numerosa es la multitud, mejor rindo”, sentenció el corredor de 1,80 metros de estatura y 70 kilos de peso que se ha hecho más popular por su protagonismo en la serie “Sprint” de Netflix.