La hinchada de Nacional tenía mucha energía contenida. Llevaba más de un mes sin llenar por completo el Atanasio. Y lo volvieron a hacer en un clásico especial: está en juego el paso a una final.
Por eso, el cántico ensordecedor que se escuchaba afuera del estadio desde antes de que empezara el partido y que todo el mundo quería grabar. Esa fue la razón por la que, mientras los futbolistas salían a la cancha, saltaron con tanta fuerza que las tribunas temblaron como La Bombonera en Argentina.
El recibimiento al equipo fue imponente. Afuera, niños recogían dulces por Halloween. Adentro se vieron Juegos pirotécnicos sobre norte y sur. Las linternas de los celulares prendidas, moviéndose de un lado a otro en todo el estadio mientras sonaban los himnos, complementaron la nube verde y blanca que se armó cuando desde la parte baja soltaron añilina en extintores.
Los hinchas cantaban como con rabia y el eco del escenario antioqueño le daba más imponencia al rugido que se escuchaba en la cancha. La emoción era tanta que en uno de los palcos los hijos de David Ospina saltaban descontrolados mientras más de 30.000 personas coreaban el nombre de su padre. Por un momento pareció que el homenaje que prometieron hacer los dos clubes a la memoria del técnico Pedro Sarmiento no iba a llegar.
Pero pasó. La voz del estadio pidió un minuto de silencio. El Atanasio respondió. En menos de un segundo el ruido quedó acallado mientras los futbolistas de ambos planteles se miraban unos a otros en la mitad de la cancha: hubo un aplauso largo en honor al exfutbolista y entrenador fallecido. En sur pusieron una pancarta que decía: “Pedro Sarmiento, el ídolo de nuestros viejos, leyenda nuestra”.
Un encuentro parejo
Rodó el balón. El grito furioso de los aficionados volvió. Nacional salió con la intención de controlar el balón. Medellín apeló a su acostumbrada presión alta. Por momentos los atacantes del rojo pusieron en aprietos a los defensores verdolagas. El primer acercamiento al arco de Ospina se demoró seis minutos. Luis Sandoval recuperó un balón en la mitad de la cancha, vio al guardameta fuera del área y pateó. Se fue desviado.
Nacional pisó varias veces el área defendida por Chaux. Tuvo un par de malas definiciones. En otros acercamientos el portero tolimense respondió bien. Sin embargo, al minuto 37, después de una buena jugada por la banda derecha, no pudo hacer nada cuando el volante Andrés Sarmiento remató un centro que le metieron al primer palo del arco del Medellín. Sarmiento corrió hacia sur. El grito de la celebración fue estremecedor. Tal fue la emoción que parecía que el Atanasio se iba a caer.
Un homenaje oportuno
Terminó el primer tiempo. El estadio se desordenó. No hubo cámara de besos. Esta vez la idea era que quienes aparecían en las pantallas durante el entretiempo bailaran. Pocos lo hicieron. Lo equipos regresaron a la cancha y la voz del estadio pidió sacar los plásticos que estaban debajo de las sillas. El homenaje de Nacional a Sarmiento era un tifo que no hicieron al inicio del encuentro porque muchos aficionados no habían entrado al escenario a pocos minutos del inicio.
Empezó la segunda parte. El Medellín salió decidido a empatar. Se acercó un par de veces al arco defendido por David Ospina. Los hinchas soltaron suspiros de alivio cuando el arquero paisa hizo una doble atajada que tuvo mucho peligro. El verde empezó a sufrir por momentos el partido. Armó un bloque sólido atrás que llevó a la gente a lanzar una que otra queja.
El DIM se quedó con la posesión del balón. Tocaba la pelota, pero no lograba avanzar. Nacional pareció conforme con la igualdad. Kevin Parra entró para enfriar el juego y en las tribunas había quejas: “vayan adelante”, “¿Cómo van a cuidar un 1-0 si la vuelta es con el rival de local”, decía la gente. El partido entró en un letargo. El público reclamaba emociones.
Llegaron sobre final. Hubo un remate desviado de Kevin Viveros. También silbaron al técnico Alejandro Restrepo cuando Wilmar Roldán, de partido impecable, le sacó tarjeta amarilla. En los últimos cinco minutos, un penalti sobre Dairon Asprilla que cobró Pablo Ceppelini, le otorgó el 2-0 final al verde, que volvió a ganar después de cinco clásicos sin lograrlo y así tomó ventaja en la semifinal de Copa.
Reviva aquí el minuto a minuto de este partido: