El sueño de “permanecer para siempre al frente del Leicester murió” el jueves para el entrenador italiano Claudio Ranieri cuando fue notificado de su destitución del equipo inglés.
Los propietarios tailandeses del club despidieron a Ranieri nueve meses después de convertir al humilde equipo en el ganador de la Premier League.
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El equipo se encuentra ahora a un punto del descenso a falta de 13 partidos para que termine el campeonato, escenario que motivó la decisión de la directiva.
El italiano confesó, en un comunicado de prensa, que la noticia de su despido fue “un duro golpe”.
“Después de la euforia de la temporada pasada y de ganar el título de liga, mi único sueño era seguir para siempre en el Leicester, el club que amo. Por desgracia esto no va a ocurrir”, añadió.
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En el comunicado, Ranieri se mostró agradecido con su esposa Rosanna, su familia y sus agentes, Steve Kutner y Franco Granello, porque “le permitieron salir campeón”.
El técnico se acordó igualmente de sus dos compañeros en el banco, Paolo Benetti y Andrea Azzalin, que también dejarán el Leicester.
“Sobre todo, tengo que darle las gracias al Leicester City. La aventura fue increíble y vivirá conmigo para siempre. Estoy también muy agradecido a los periodistas y a los medios de comunicación que estuvieron con nosotros y contaron la historia más bonita que ha habido en el fútbol”, añadió en la nota.
Ranieri reservó el final del comunicado para jugadores, hinchas y miembros del club.
“Mis agradecimientos más sinceros son para los miembros del equipo, el staff técnico, los jugadores y, especialmente, los aficionados”, dijo en el texto.
“Los quiero. Y espero que siempre se acuerden de este época con una sonrisa. Nadie nos podrá quitar lo que hemos conseguido juntos. Ha sido un honor y un placer conseguir el título con cada uno de vosotros”, concluyó el italiano.
