Entender que la libertad no tiene precio y aprender a convivir con el prójimo, aceptando sus virtudes y defectos, son para Víctor Ocampo los mayores aprendizajes que le deja el confinamiento de más de tres meses en España, país que empieza a “respirar” en cuanto al tema de contagio por el coronavirus y uno de los más afectados con más de 28.330 muertes por dicha enfermedad.
“Ahora más que nunca se valoran las pequeñas cosas, esas que parecen normales, pero que en sí son una bendición. Por ejemplo, salir a tomar un café o sentarse en un parque a descansar y entretener la vista, eso es una bendición. Literalmente, estábamos encerrados porque si salías, te multaban, hasta para ir al supermercado. Solo el entrenador –César Laverde–, y eso que con muchas precauciones, era el que podía hacer las compras. Esta situación ha sido dura, pero enriquecedora”.
Así se expresa Ocampo, uno de los últimos colombianos en ganar en Europa –Nairo logró etapa el 14 de marzo en París-Niza– antes de que se frenara el calendario ciclístico debido a la crisis sanitaria por la covid-19.
Ganador el pasado 8 de marzo de la segunda válida de la Copa España: el Trofeo Guerrita, Ocampo sería uno de los primeros representantes, al lado de su compañero Óscar Téllez, en volver a escena.
La Vuelta a Zamora, que hace parte del programa amateur (élite y sub-23) de ese país, marcaría el regreso el 14 de julio de los pedalistas que integran la escuadra nacional Colnago CM Team, que se quedó anclada en territorio ibérico.
“Aunque la situación ha sido compleja, más allá de que ya estamos en proceso de reapertura, nunca pensé en tirar la toalla. Al contrario, se seguía trabajando así fuera en rodillos, pues las aspiraciones para lograr cosas importantes continúan siendo altas, y más al estar en un continente en el que si haces las cosas bien, puedes lograr tus sueños, como llegar a un equipo del WorldTour”, comenta Ocampo, quien el pasado 19 de junio celebró sus cumpleaños número 21 al lado de sus nueve compañeros.
Unión de grupo
“La armonía entre nosotros es muy bacana, sirve para unirnos más, hay buena comunicación y eso permite fortalecer vínculos. Estoy seguro de que toda esa confianza nos ayudará para ser mejores en las carreras”, resalta, al hablar de esos seres que se han convertido en una familia.
Dice que Fabián Acuña (Boyacá) es el corajudo, pero también el dormilón; Fabián Castillo (Boyacá), el comelón; Jaime Chacón (Boyacá), el cocinero; Alejandro Calderón, (Cundinamarca), el ducho de la tecnología; Kevin Brito (Bogotá), el chistoso; Cristian Esteban (Santander), el negociante; Óscar Téllez (Santander), el recochudo; Andrés Henao (Antioquia), el barbero; y el orientador Laverde, el padre, psicólogo, el alcahueta.
Ocampo se define como el dibujante y el colaborador.
El corredor que nació en El Carmen de Viboral es buen rodador, contrarrelojista y se defiende en la media montaña. “Pero debo continuar mejorando”, agrega quien se inició en este deporte a los 16 años.
Ahora, en España, anhela que las cosas retomen su calma para seguir persiguiendo sus sueños sobre la bicicleta.
![[En video] Cinco gatos entrenados para seguir comandos](http://estaticos.elcolombiano.com/binrepository/426x224/38c0/349d224/none/11101/NXTJ/cinco-gatos-entrenados-imagen-destacada_48234004_20250703122843.jpg "[En video] Cinco gatos entrenados para seguir comandos")
