Fue tanto el calor que hizo ayer en el Tour de Francia, que los ciclistas se echaron más agua por su cuerpo que la que se tomaron.
La jornada entre Muret y Rodez, de 198,5 kilómetros, con una temperatura promedio de 35 grados centígrados, se disfrazó de transición para los favoritos al triunfo, pues tuvieron que sudar bastante para no ceder terreno.
El belga Greg Van Avermaet (BMC) se vistió de héroe al cruzar la meta en el primer lugar; el británico Chris Froome (Sky) defendió sin problemas el liderato, mientras que Nairo Quintana (Movistar) continuó tercero en la general, a la espera del comienzo de la tercera semana, en la que aspira rebajar no solo los 17 segundos que le lleva al segundo clasificado, el estadounidense Tejay Van Garderen (BMC) sino también los 3.09 que lo distancian de Froome.
“Fue un día complicado, pensábamos que iba a ser más fácil, pero la temperatura fue demasiada, había muchos repechos y zonas de viento. Todo el día fue intranquilo y eso hace que el cansancio se siga apoderando”, indicó el colombiano a la agencia EFE, y subrayó que en las próximas etapas tendrá que estar atento para no caerse ni perder tiempo y poder llegar con las opciones intactas a los Alpes.
“En la etapa de mañana -hoy- será complicado intentar algo con estas temperaturas. Las diferencias que podemos recuperar se van a dar en la alta montaña”, agregó Nairo.
Froome, por su parte, dijo que se cuida principalmente de Van Garderen y Quintana, y aseguró que siente confianza para encarar la semana final con gregarios como Richie Porte. “En el punto que estamos tengo que vigilar a los dos que están más cerca”.
Además, de Nairo, los otros cinco colombianos siguen en carrera.
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