Posición, posesión, toque rápido, cambios de frente, precisión, efectividad, variantes posicionales, supremacía territorial, presión en el campo rival. Todos estos conceptos, que son comunes en el discurso del técnico español Juan Manuel Lillo, no se han podido plasmar en la cancha con Atlético Nacional.
Así como el discurso del entrenador, el tiempo en la presente temporada se le está acabando al club paisa, que deberá remontar, el sábado a las 7:45 p.m., el 1-0 en contra que se trajo de Ibagué en la ida de los cuartos de final de la Liga Águila-2.
En procesos pasados (Reinaldo Rueda y Juan Carlos Osorio) ese marcador lucía corto y el optimismo de los hinchas era grande, porque normalmente Nacional remontaba estas situaciones, pero hoy, el sentimiento no es el mismo y es una gran incógnita el saber si podrá darle vuelta al resultado después de acumular 4 partidos sin triunfos y sin anotaciones.
“Mentalmente ya estoy orientado al siguiente partido para darle vuelta, cuanto menos ahondemos en este, mucho mejor”, fue la respuesta de Lillo cuando le preguntaron por el funcionamiento de Nacional en el partido ante los pijaos.
El exgoleador Víctor Aristizábal indica que desde que Lillo es el técnico, Nacional luce confundido. “A los jugadores se les nota tensos en la cancha, no se sueltan y no se pueden acomodar a lo que pretende el entrenador, que tiene mucha carreta para todos esos temas tácticos, pero esa labia no está sirviendo”.
Otro exverde, León Darío Muñoz, dice que creer en un estratega que no plasma sus ideas en la cancha es muy difícil. “A Nacional, cuando ha enfrentado equipos difíciles, sobre todo de visitante, le ha costado mucho, mas cuando ataca desordenadamente con seis jugadores y se queda solo con tres hombres en defensa, de esa forma se hace muy vulnerable y los rivales han aprovechado”.
El exdelantero verdolaga agrega que, para atacar y defender en el fútbol moderno, los equipos deben armar bloques de ida y vuelta, y el conjunto antioqueño se nota partido y sin regresos.
“El discurso del técnico perdió credibilidad porque los resultados no lo acompañan ni tampoco el fútbol, no he visto un solo partido de Nacional agradable para la afición así a veces haya ganado con suficiencia”.
Para el orientador antioqueño Carlos Navarrete, independientemente del discurso, el fútbol se gana con goles y Nacional no los hace. “No concibo el fútbol sin goles y para eso se trabaja, para hacer más tantos que el rival y que este no me concrete. La esencia es el gol y evitarlo, Nacional no lo hace. Lillo tendrá las razones y las maneras de explicar qué es lo que pasa, pero en la cancha veo un equipo inofensivo”.