¿Por qué razón un artista alcanza la dimensión de universal? ¿Qué elementos debe tener una obra para que su influencia alcance a artistas de otros lados del planeta? Estas preguntan hacen parte de la artillería de incógnitas que despiertan la curiosidad de los críticos e historiadores del arte. Y en buena medida subyacen en Todo se sabe: el cuento de la creación de Gabo, la exposición que entre el 23 de abril y el 2 de agosto reunirá en la Biblioteca Nacional de Colombia una amplia muestra de documentos de y sobre Gabriel García Márquez.
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Al único artista colombiano que la etiqueta universal no le queda grande es precisamente al autor de Cien años de soledad. Su universo literario ha sido clave para varias generaciones de escritores, periodistas y cineastas de Colombia, América Latina y el resto del mundo. No son pocos los creadores que han reconocido la importancia del creador de Macondo en sus procesos formativos y artísticos.
Organizada por el Ministerio de las Culturas, los Artes y los Saberes, la Biblioteca Nacional de Colombia y la Fundación Gabo, la exposición reúne “450 documentos, entre manuscritos de cuentos, novelas y artículos, cartas personales, dibujos de la infancia y adolescencia, pasaportes, libros, revistas, periódicos, fotos, videos, canciones, trajes, carteles, mapas, cuadros, máquinas de escribir, entre otros”, se lee en el comunicado de prensa oficial.
EL COLOMBIANO conversó con Adriana Martínez-Villalba, directora de la Biblioteca Nacional de Colombia, sobre esta exposición, considerada por los expertos la más completa en lo que se refiere a los documentos del genio de Aracataca.
¿Cuándo surgió la idea de traer los documentos de Gabriel García Márquez a la Biblioteca Nacional de Colombia?
“La idea llega por parte de la Fundación Gabo hace más o menos 2 años. Esta es una exposición que se hizo primero en 2020, organizada por el Harry Ransom Center, que es donde están la mayoría de los documentos que vienen en la exposición. En ese momento se la encomendaron al investigador español Álvaro Santana Acuña. El hizo un trabajo exhaustivo en el archivo García Márquez del Harry Ransom Center y la línea narrativa que trató de construir a partir de esa investigación era cómo García Márquez se había convertido en un escritor global. Esa era la pregunta que buscaba responder con su investigación y curaduría.
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La exposición se abrió en el Harry Ransom Center en 2020, pero llegó la pandemia. Un pequeño grupo de personas la vio antes de que empezara la pandemia. Luego pasó a México, al Palacio de Bellas Artes, donde tuvo una asistencia multitudinaria y fue muy bien recibida. Los colombianos que la vieron en México, así como los expertos en García Márquez, preguntaron por qué no se hacía en Colombia, lo que llevó a la Fundación Gabo a empezar a dialogar sobre cómo traer la exposición al país. Así fue como surgieron las conversaciones con el Ransom Center y el Ministerio de Cultura para hacerla en la Biblioteca Nacional”.
¿Cómo se adaptó la exposición para que tuviera una versión colombiana?
“Lo primero fue entender que la Biblioteca Nacional tiene el más importante archivo hemerográfico relacionado con García Márquez, que incluye toda la prensa donde él publicó y toda la prensa que se ha publicado sobre él en Colombia. Así que queríamos ver cómo eso podría entrar en diálogo con los archivos que venían del Ransom Center y las colecciones privadas y públicas que hay en Colombia. Esto permitió reformular la curaduría de Álvaro Santana. Decidimos crear un comité asesor curatorial con expertos colombianos en García Márquez. Los miembros de este comité fueron Piedad Bonnett, Nadia Celis, Weildler Guerra, Orlando Oliveros, Javier Ortiz Cassiani y Nicolás Pernett”.
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¿Cuáles serían los documentos más reveladores o importantes que contiene la exposición?
“Es difícil decirlo, ya que todos los documentos son importantes, pero los manuscritos son muy interesantes, especialmente aquellos en los que se pueden ver versiones de trabajo, como las correcciones hechas sobre los manuscritos o las pruebas de imprenta. Ver estos procesos de creación resulta emocionante, ya que nos permiten conocer cómo García Márquez tomó las decisiones en la escritura. También la correspondencia de García Márquez es muy significativa, como los telegramas que recibió cuando ganó el Premio Nobel. Esa correspondencia, que va desde los escritores hasta los políticos, es muy valiosa como un registro íntimo de su vida”.