Las declaraciones del embajador de Colombia en España, Luis Guillermo Plata, al portal español Libertad Digital, generaron un debate en la literatura: ¿puede haber neutralidad en la escritura?
En un principio planteó que ese fue uno de los criterios en la selección de escritores que asistirán a la Feria del libro de Madrid, en la que Colombia es el país invitado. “Uno no quisiera que una feria literaria se convierta en una feria política. Ni para un lado ni para el otro. (...)Se ha tratado de tener cosas muy neutras, donde prime el lado literario”. La palabra neutra detonó la polémica.
No obstante, en entrevista con Blu Radio, el diplomático se disculpó y aseguró que utilizó el término “equivocadamente”, pues su intención “era decir que para la invitación se hizo un proceso neutro, que la ideología no se estaba observando, sino que era un tema de literatura”.
Aseguró que él no está en facultad de decidir quienes son o no invitados, ya que “hay decisiones que se toman colegiadamente y nosotros como embajada ejecutamos”.
¿Qué pasó?
El embajador dio la explicación de la neutralidad porque se estaba cuestionando que escritores como Fernando Vallejo, Pilar Quintana, Héctor Abad, William Ospina, Piedad Bonnett, Giuseppe Caputo y Laura Restrepo, entre otros, no figuraban en la lista de invitados. La pregunta es si no estaban por sus posiciones políticas o frente al Gobierno actual.
Con la respuesta del Embajador se generaron más dudas: ¿entonces quienes sí iban son neutros? ¿Hay neutralidad en la literatura? Porque por supuesto que entre la lista de los que sí van también hay muchos importantes, pero, ¿por qué faltaron otros?
Las respuestas llegaron de muchas maneras, aunque la conclusión general fue que la literatura no es neutra, y que incluso quienes están en la lista tampoco escriben neutral y por supuesto tienen una posición. Otra respuesta fueron las disculpas del embajador. Además, algunos escritores que habían aceptado ir al evento de Madrid, que se realizará entre el 10 y el 26 de septiembre, declinaron su participación por la polémica, o confirmaron que lo harán pero sin recibir ningún tipo de honorario.
¿Literatura neutra?
Lo neutral es aquello que no participa en las opciones de conflicto, define la Real Academia de la Lengua Española, por lo que clasificar la literatura en este término es cuestionable. “La neutralidad no es un valor en la literatura. Es más: la literatura es, por definición, la ausencia misma de toda neutralidad”, escribió Juan Esteban Constaín en un texto publicado en Facebook. Él es uno de quienes asistirá (ya tenía compromisos previos), pero sin honorarios.
Una muestra de esta opinión fueron las reacciones de los diferentes escritores. Por ejemplo, Ricardo Silva Romero expresó que estos dos términos (literatura y neutral) “no tienen nada que ver”, ya que “la literatura sirve justamente para comprender de verdad, en el estómago, las dimensiones de lo que nos sucede, y entonces la palabra ‘neutralidad’ no cabe en el asunto”.
“No existen los eventos culturales ‘neutros’ ni los escritores ‘neutros’ ni las personas ‘neutras’. Todos tenemos una postura, una mirada sobre el mundo y sobre nuestra geografía que, por mucho que se intente disimular o esconder, termina saliendo a flote”, dijo la escritora Margarita García Robayo en una publicación en Facebook, en la que anunció que rechazó la invitación a Madrid “motivada por las declaraciones del embajador”.
Sin embargo, comunicó que cambiaría de opinión si el evento realiza un debate sobre el tema de la neutralidad. “No voy a participar a menos que la mesa programada tenga como tema de discusión esto mismo: el de la supuesta neutralidad en la literatura. De ser así, me gustaría convocar a algunos de los escritores excluidos para enriquecer el debate”.
La escritora Velia Vidal contestó esta pregunta. “Mi respuesta es rotunda: no existe una literatura neutra, no podría existir una literatura neutra, porque cuando escribir ya estás tomando una decisión. Por ejemplo, en mi caso, como una mujer afro lo primero que estoy rompiendo, la primera postura que estoy tomando al escribir es declarar que no por ser afro estoy confinada a la oralidad, y que mis ideas merecen ser escritas y por tanto leídas y reproducidas por otras”.
A lo anterior añade que el ejercicio de escribir es un camino lleno de decisiones, que igual aleja de la neutralidad: “Quiénes son tus personajes, dónde están ubicados, quién narra y cómo narra. La literatura es más que nada tomar posición frente a las ideas que estás expresando, independiente del género en el que escribas”.