Fernando Botero además de artista, era un alma bondadosa con su arte. En su trayectoria donó muchos de sus trabajos al Museo de Antioquia, quien este 15 de septiembre de 2023, lo despide luego de anunciarse su muerte, rindiéndole un homenaje al hombre que les dejó 189 de sus obras más significativas.
Además de las obras donadas al Museo de Antioquia, Botero también donó muchos de sus trabajos al Banco de la República y al Museo Nacional, estos dos de Bogotá. Así que ver su producción artística es muy fácil en el país. Y aunque es fácil llegar a las obras conocidas, hay muchas que resaltan, no tan célebres, que muestran los intereses del maestro y su estudio de la historia del arte. Aquí seis de ellas.
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Caballos y formas (1953)
Es un boceto, una acuarela sobre carboncillo, lo que da la oportunidad de ver el proceso creativo y el interés por explorar los temas tradicionales de la historia del arte.
El ringletero (1956)
Una forma temprana de la exploración de las vanguardias en la colección de Bancolombia. En esta pieza es más claro el interés por la obra de Picasso y otros contemporáneos europeos, a los que se acercó en París. Esta obra solo había estado expuesta para visitas especiales y tuvo una exhibición en 2009 y otra en 2022.
En esta etapa Botero está en Nueva York, “es una obra que muestra otra transición, por el nombre y por la cara uno sabe que está citando a la Mona Lisa, otra vez ese arte antiguo, pero también está experimentando con una forma de pintar que es muy contemporánea, que tiene que ver con ese momento que está viviendo en Estados Unidos, con una pincelada suelta expresiva, tan personal como la caligrafía”, explica Camilo Castaño.
Bodegón con Rosas (1963)
Según Carlos Betancur, de Bancolombia, en estas obras se empieza a mostrar el Botero que conocemos todos, pero el artista está explorando la pintura europea, sobre todo la italiana, y en ese sentido se pueden ver rasgos distintos. Parte de la selección o asesoría de obras en la colección de Bancolombia la hacía la misma Marta Traba, curadora que definió el arte moderno en Colombia en el siglo XX.
Es parte de la colección del Banco de la República que se puede ver en el Museo Botero. En marzo se vendió en una subasta de arte latinoamericano de Christie’s en Nueva York, una versión por 4.6 millones de dólares, marcando un rércord para el maestro.
La obra hace parte de los retratos ecuestres de Botero, que además de ser un tema recurrente en la historia del arte, según Laura Zarta, jefe de curaduría de la unidad de arte del Banco de la República, hace parte del esfuerzo del maestro por mantener el recuerdo de su padre, que murió cuando él tenía 4 años y una de las pocas imágenes que se conservan de él es montando una mula.
La muerte tocando guitarra (1980)
Para Laura Zarta es una obra interesante de la colección del Banco de la República porque hace alusión a la temporada que el maestro pasó en México y la exploración cultural y artística que hizo allí. “El esqueleto está sonriendo es una pintura que contagia de alegría y la guitarra que está tocando nos transporta a Mandolina sobre una silla del 57. Un instrumento clave del folclor mexicano, el primer contacto de Botero con México fue importante dentro de su carrera y en los 50 él viaja a vivir de primera mano esa experiencia de la vanguardia”, explica.