Hernán Toro se ha comido 17 hamburguesas en 10 días. Para compensar el exceso de calorías, el paisa pedalea una hora diaria en su bicicleta. Luego llega a su casa, se sienta frente al computador y trata de que sus palabras sean fieles al platillo que se acaba de comer.
Él es uno de los comensales más juiciosos del Burger Master, un concurso que puso a competir 30 hamburguesas de autor de Medellín en una maratón que termina, después de 12 días.
De las 17 que ha probado, su número uno es la Jacinto Junior, del restaurante La Salumería. “Desde que llega a la mesa y uno siente el olor, sabe que no se enfrenta a una propuesta común. El primer mordisco confirma la sospecha. Los materiales son de la más excelsa calidad. La carne es perfecta”. Según él, el platillo de La Salumería alcanza niveles estratosféricos de placer. “Cada bocado es un universo de sabores, texturas y placer gustativo. Esto es como un orgasmo bucal”.
Los paladares son caprichosos y, sobre todo, diferentes. Para Luis Javier Zapata, por ejemplo, la ganadora debería ser la de Office Burger, por su salsa de Jack Daniells y el pan, que no se parece al de ninguna otra. Natalia Uribe prefiere la de Sin sombrero, por tener los ingredientes con mejor sabor, con aros de cebolla que hacen la diferencia.
Así la favorita de uno puede ser la última de la lista de otro, y al revés. “En la gastronomía no hay gustos buenos o malos”, dice Tulio Zuloaga, autor del blog Tulio Recomienda y artífice del Burger Master.
Él trajo la idea de Puerto Rico, donde probó muchas hamburguesas de autor, aunque ninguna tan buena como las de la capital antioqueña. “Las de Medellín son muy superiores, y yo lo quiero demostrar”.