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En un libro, Lina Botero desviste los miedos de las colombianas

El oficio de desvestirse fue publicado por Planeta. En sus páginas se unen la fotografía con la poesía. El COLOMBIANO habló con la autora.

  • Lina Botero ha trabajado en el mundo de la fotografía. Recientemente incursionó en la escritura. Planeta publicó El oficio de desvestirse. FOTO Cortesía Diego González
    Lina Botero ha trabajado en el mundo de la fotografía. Recientemente incursionó en la escritura. Planeta publicó El oficio de desvestirse. FOTO Cortesía Diego González
11 de marzo de 2025
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La fotógrafa y poeta Lina Botero se define a sí misma con un neologismo: ella es una poetógrafa. Es decir, en su trabajo se unen las herramientas expresivas de ambas artes. Esto salta a la vista en las páginas de El oficio de desvestirse, un trabajo en el que la autora explora en su vida interior tras las pistas de los elementos claves de la identidad femenina.

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Botero comenzó su carrera en el mundo de la comunicación audiovisual, con un enfoque en la imagen y el medio fotográfico, pero siempre tuvo la necesidad de escribir.

“Yo estudié comunicación porque quería escribir desde un lugar más periodístico, pero se convirtió en una escritura más íntima, en una escritura más de diario”, dice. A lo largo de los últimos 12 a 15 años, su carrera en la fotografía se ha consolidado, sin abandonar la urgencia de llevar los sentimientos y las ideas a las palabras. “Comencé a ponerle palabras a las imágenes que hacía, no explicándolas, sino como información más complementaria”.

Esta interacción entre palabra e imagen se convirtió en una parte de su proceso creativo. Hay momentos en los que las palabras surgen antes de la imagen, pero también otros en los que la fotografía inspira la escritura.

“A veces comienzo por muchísimas imágenes y luego entiendo lo que estaba mirando, y esa mirada se transforma en palabra poética”, dice.

Sin embargo, el proceso no siempre es lineal. Botero también se enfrenta al misterio de la creación. En sus palabras, su trabajo está influenciado por las vanguardias del siglo XX, particularmente por el surrealismo. La escritura automática y el juego con las palabras son los motores de sus versos. “Me gusta mucho el juego del lenguaje y, de hecho, me gusta mucho leer sobre personas que escriben y cuestionan el lenguaje”, dice.

En su caso, siente cercana la influencia de André Bretón, el pontífice del surrealismo.

Una de las facetas importantes de su trabajo es la reflexión sobre la identidad, especialmente desde una perspectiva femenina. Botero señaló que, como fotógrafa, al inicio de su carrera se encontraba en un espacio dominado por hombres, donde la presencia de mujeres fotógrafas era casi nula. “Cuando yo veía por allá lejos una mujer fotógrafa, automáticamente la sensación del cuerpo era... es mi competencia”, dice sobre la situación que vivió al llegar a Bogotá. Sin embargo, con el tiempo ha presenciado un cambio notable, tanto en la fotografía como en la poesía. El arte hecho por mujeres ha ganado visibilidad, y hoy en día se celebran las voces femeninas, en especial dentro de los círculos literarios.

Botero no solo celebra este cambio en el panorama artístico, sino que también reflexiona sobre su propia experiencia. “Mi relato importa”, escribió en uno de sus textos, una frase que encapsula el sentimiento de reivindicación de su lugar en la literatura. La presencia de mujeres escritoras, editoras y lectoras ha transformado el panorama artístico, y en sus palabras, la representación es fundamental. “Creo que se trata también de leernos, no solo de celebrar que hay mujeres publicando, sino que estamos encontrando representación”, dice.

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Estas nuevas formas de hacer arte se reflejan en las relaciones con el público. En un evento reciente, organizado para conocer a sus lectoras, 60 mujeres con ella se reunieron para compartir sus experiencias y reflexiones sobre la obra. “Lo que más me sorprende es que el libro no se entienda solo como la historia de una mujer, sino que toca temas universales que resuenan con todas las personas, especialmente con las mujeres y las comunidades queer”, dice.

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