Por cábala Wilson Mendoza Jaramillo piensa celebrar por todo lo alto los once años de labores culturales de la librería Grammata. “Puede sonar muy supersticioso, pero lo voy a hacer así”, dice. El aniversario once será el 11 de noviembre de 2023. Sin embargo, no dejará pasar en blanco el cumpleaños diez: ha dispuesto que del 15 al 20 de noviembre los lectores reciban descuentos del 20 y 30% por compras en efectivo en alguna de las tres sedes de la librería en la ciudad: sector Estadio, Laureles y La Pascasia. “Quise celebrar así los diez años”.
La palabra aprendizaje es la que resume la experiencia de Wilson en esta década al frente de una librería. “Al librero le toca saber de contabilidad, de economía, de administración, de filosofía. El hecho de conversar sobre un libro con un médico, un economista, con un historiador te da un panorama mucho más amplio del tenías”.
Y en efecto, la librería combina la naturaleza comercial con la de sitio de cultura y conversación. Busca la rentabilidad financiera y el crecimiento cultural. “He querido que Grammata sea un entorno cultural en el que la gente pueda venir a conversar”, dice.
Tras su paso por la dirección de la librería de Eafit, Wilson quedó con el conocimiento necesario para iniciar una empresa propia: conocía el mercado, las dinámicas de los clientes, quedó con los contactos de las editoriales y de los integrantes del circuito del libro.
La sede central de Grammata siempre ha tenido asiento en el sector de Estadio. El primer sitio en el que Wilson vendió los libros que recibió en consignación por las editoriales fue un espacio compartido con un fabricante de juegos didácticos y un asesor jurídico. Ahí duró poco: el flujo continuo de personas hizo que los libros comenzaran a perderse.
Con la ayuda de unos amigos rentó una casa enorme a tres cuadras de distancia. A pesar del tamaño, el sitio no tenía buena ventilación y en los días de sol se convertía en un horno. Siguió buscando hasta dar con la actual casa: un sitio de dos pisos con patio y entrada amplia. En ese lugar Grammata se ha convertido en un escenario de la cultura de Medellín.
Le puede interesar: La biblioteca de Altos de la Torre busca apoyo
En estos díez años Wilson ha sido testigo del surgimiento de numerosas editoriales en Colombia, Argentina y España. Muchas de ellas independientes. De hecho, desde hace siete años es el encargado del pabellón de librerías independientes de la Fiesta del Libro. Allí ofrece títulos de sellos y autores que están por fuera del circuito comercial masivo. Trae ejemplares de Perú, México, Argentina, España. Esto ha provocado que dentro del mundo de los lectores Grammata tenga la fama del sitio que tiene una oferta bibliográfica distinta a la del resto de librerías de Medellín.
Aunque las semanas posteriores a la Fiestas del Libro las librerías enfrentan el desafío de la soledad –la gente aprovechó los descuentos y se proveyó de material de lectura–, Wilson ha tratado de insuflarle vida a su negocio con talleres literarios, charlas, presentaciones de libros y programación para los niños.
Este domingo 27 de noviembre abrirá sus puertas para recibir a los pequeños. Lo hace para celebrar de manera modesta la década de labores mientras espera la llegada del aniversario once.
