No está claro qué papel juegan realmente las personas asintomáticas en la pandemia de la covid-19. Sin embargo, un trabajo dirigido por Daniel P. Oran, del Instituto Scripps Research Translational Institute en California, sugiere que entre el 40 al 45 por ciento de las personas infectadas con SARS-CoV-2 no muestran síntomas, y esta podría ser una causa de la rápida propagación, se lee en este estudio publicado en Annals of Internal medicine del 3 de junio de este año.
Detectar la resistencia en los individuos no infectados y expuestos al virus que produce la covid-19 podría ayudar a prevenir la propagación inadvertida. Luis Fernando García, médico inmunólogo, profesor emérito de la Facultad de Medicina de la U. de A. y autor de un metaanálisis (revisión de varios artículos científicos) sobre el espectro clínico de la covid-19 publicado el 16 de junio en Frontiers in Inmmunology, asegura que “el punto crítico en el que se produce la progresión de la enfermedad parece centrarse en la pérdida de la regulación inmunológica entre las respuestas protectoras y las alteradas debido a la exacerbación de los componentes inflamatorios”, lo que significa que los casos graves se presentan por una respuesta inmune exhacerbada o disfuncional. Por la gravedad las investigaciones se han centrado con más acento en estos pacientes.
No obstante, añade que los asintomáticos son muy importantes por varias razones. Primero, porque pueden ser contagiantes e infectar a otras personas, aunque tal vez “con menor intensidad que quien está muy activo”. Pero quien presenta señales y se muestran positivos en las pruebas suelen cuidarse o los suelen cuidar, a diferencia de una persona sin indicios de la infección. “Sentirse bien da una falsa sensación de seguridad y al no cuidarse lo suficiente puede estar transmitiendo la infección a otras personas”, puntualiza.
Una vocera de la Organización Mundial de la Salud (OMS) contradijo algunas ideas que se leen en el trabajo de Oran: Maria van Kerkhove, directora del programa de emergencia de la OMS, informó a principios de la semana pasada que la transmisión del Sars-CoV-2 por parte de pacientes asintomáticos era “extremadamente rara”. Porque cuando se les preguntó con mayor precisión, muchos pacientes informaron síntomas muy leves o inusuales, como pérdida de olfato y sabor, que inicialmente no se asoció con una infección respiratoria.
De todas maneras la OMS corrigió su informe nuevamente (e incluso Kerkhove dijo horas más tarde que no había suficiente evidencia para su afirmación) y ahora habla del hecho de que la transmisión del nuevo coronavirus por personas asintomáticas no es en absoluto “rara”. La proporción de pacientes asintomáticos en el total de infectados con SARS-CoV-2 es entre 6 y hasta el 80 por ciento, según análisis de brotes de diferentes trabajos científicos como los citados en este artículo.
Cuatro hechos para actualizarse sobre los infectados inadvertidos.
1. Aunque sin tos, también sufren daños
El trabajo de Oran deja ver una instantánea sobre los asintomáticos, pero no es un resultado que pueda extrapolarse en todos los casos, porque el método de estudio es bajo unas condiciones puntuales, no como sucede en estudios aleatorios, que permiten tener una evidencia científica más confiable. Ello se traduce en que faltan más estudios y más evidencias, como enfatizan los investigadores.
En el crucero Diamond Princess en las costas japonesas, por ejemplo, casi uno de cada cinco de los 3.711 pasajeros estaba infectado, y casi el 50 por ciento de los que dieron positivo no tenían síntomas. Lo que los investigadores encontraron en las tomografías computarizadas de los infectados sin síntomas mostró anormalidades pulmonares subclínicas, es decir, nubosidad, que se encontraron de manera similar incluso en etapas graves de covid-19.
2. Su carga viral podría ser similar
Oran y sus colegas vieron más pruebas que les permitió concluir que la carga viral de personas asintomáticas en algunos casos correspondía a la de pacientes con síntomas. Esto indicaría un potencial similar para la transmisión del virus en ambos casos. Esta es la razón por la que los científicos abogan por expandir los programas de pruebas como una manera de prevenir la propagación inadvertida.
Un grupo de residentes de un refugio para personas sin hogar en Boston fueron examinados para detectar el virus después de varios casos reportados a mediados de abril. El 88 por ciento de 147 residentes con evidencia positiva eran asintomáticos. Otro informe sobre un refugio para personas sin hogar en Los Ángeles dio un resultado similar: el 64 por ciento de los que dieron positivo no mostraron algo que los hiciera pensar que estaban enfermos. También, el 80 % de los infectados en el crucero en camino a Antártida en la que estalló la covid-19 recientemente no mostraron signos.
3. La genética y los tipos de sangre
Este jueves 17 de mayo se publicó un estudio en el New England Journal of Medicine en el que se identificaron algunas de las características genéticas que influyen en el riesgo de un fallo respiratorio en pacientes con infección por el nuevo coronavirus. Los resultados apuntan a un 50 % más de riesgo al grupo sanguíneo A y un 35 % menos al grupo O.
Los autores han intentado responder a la pregunta de por qué algunas personas son asintomáticas o presentan cuadros leves, mientras otras desarrollan gravedad al ser infectadas por el virus. Según explican en un comunicado público “hemos buscado la respuesta en los genes; encontramos una asociación entre ciertas variantes genéticas en los cromosomas 3 y 9 y la gravedad de la enfermedad”.
García ve asociaciones, pero advierte que aún no son fuertes como se espera. Eso sí, se muestra esperanzado por el trabajo mancomunado que se desarrolla alrededor de la pandemia. Incluso cuenta que en este momento hay una iniciativa que está liderada por Jean Laurent Casanova, un investigador francés que trabaja entre Francia y Nueva York en el Instituto Rockefeller, y quien se han dedicado a estudiar la genética de las enfermedades infecciosas. En este proyecto, el Human Genetic Effort, incluso hay dos investigadores colombianos que están participando, José Luis Franco y Andrés Augusto Arias, del grupo de inmunodeficiencias primarias de la U. de A.
4. ¿Sin síntomas se tarda en desaparecer?
Algunas observaciones sugieren una infección prolongada en las personas infectadas con el nuevo virus que no muestran síntomas como tos seca y fiebre, que son los comunes en quienes sí los presentan. Sin embargo, al consultarle a García por los que han llamado transportistas de largo plazo, este niega haber visto evidencia al respecto. García cita que investigadores japoneses que estudiaron los contagios del crucero Diamon Princess encontraron que quien desarrolla síntomas puede eliminar el virus a eso de los 14 días del contagio, y los asintomáticos que solo se infectan, pero no siempre se enferman, pueden tardar entre 8 a 10 días para eliminarlo, pero esto va a depender de los años: “Los asintomáticos de mayor edad sí pueden tardar un poco más en aclarar el virus (volverse negativos)”. Lo que implicaría que en ciertos grupos de edad, aunque sin síntomas, los afectados demoran más para montar una respuesta inmune efectiva.
Para distinguir entre casos asintomáticos y presintomáticos (aquellos que aún no presentan signos pero lo harán), los datos necesitarán ser recopilados durante un período de tiempo más largo, pero hay evidencia de que el virus se puede transmitir sin ser notado, por lo que, mientras llega la vacuna, ampliar las pruebas será imperativo. Y lo de siempre: lavarse las manos y usar tapabocas.