La investigación por el atentado contra el periodista Gustavo Chicangana Álvarez, más conocido como Gustavo Chica, el pasado 5 de julio en San José del Guaviare, sigue arrojando detalles sobre el peligro que lleva ejercer el periodismo en Colombia.
Mientras un juez envió a prisión a Alberto Antonio Araújo Rivera, el segundo implicado, señalado de planear y participar en la ejecución del ataque, Caracol Radio reveló detalles de la audiencia de imputación de cargos contra el pistolero: Wilmer Alexander Perea Babativa, un joven de 21 años.
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A pesar de no aceptar los cargos formalmente, su confesión previa ante la Fiscalía reveló una trama de sicariato por dos millones de pesos y una traición que le terminó de hundir su destino.
Y es que según la investigación, Araújo, de nacionalidad venezolana, habría contactado al sicario que disparó contra el periodista y su esposa frente a su vivienda, mientras se encontraban en una motocicleta, en total estado de indefensión.
Él habría ofrecido el dinero del pago por el crimen, le dio el arma con la que disparó y después le ayudaría a escapar del lugar, tras ejecutar el ataque contra las señaladas víctimas que, al final, lograron sobrevivir.
La confesión del sicario: un plan criminal por $2 millones
El relato de Perea Babativa fue escalofriante, según dio a conocer el medio radial. Tres días antes del atentado, según su testimonio, una persona identificada como alias El Vago lo contactó.
Con una seña en forma de pistola, le dejó claro el propósito: “Necesitaba gente para hacer una vuelta”. En un espacio aparte del interrogatorio leído por el fiscal, el sicario confesó.
“Yo, de momento, pienso que es mentira y así pasó el día hasta la noche sin decir nada. ‘El Vago’ me recoge en el trabajo y me lleva hasta la casa donde se encontraba el arma de fuego, ‘El Vago’ me muestra el arma, me muestra los tiros y me ofrece $2 millones de pesos y me dice que eso dan por darle al duro (víctima periodista) y que al ver el arma y hacer el ofrecimiento del dinero ya se tenía que hacer la vuelta. Yo le digo ¿Cómo así? ‘El Vago’ me dice que ya como conocía el arma y sabía las cosas, ya debía hacer la vuelta”, dijo el joven, según informó Caracol radio.
‘El Vago’ ya había hecho su tarea, estudiando e investigando al periodista, a quien se referían despectivamente como “el duro”. Es por eso que la logística ya estaba definida.
“Durante ese recorrido pasó por la casa ‘El Vago’, me muestra la casa y me dice que ahí es donde se tiene que hacer la vuelta y de allí ‘El Vago’ vuelve y me deja en la casa. A eso de las 8:00 pm no recuerdo la hora exacta, ‘El Vago’ vuelve y me contacta y me dice que la vuelta se tenía que hacer ya. Pasados 5 minutos ‘El Vago’ ya estaba afuera esperando para recogerme y este ya tenía el arma junto a él”, detalló Wilmer Alexander.
La falla del arma y la huida inesperada
En la noche del 5 de julio, Perea Babativa se encontró con un escenario imprevisto. La casa de Gustavo Chicangana estaba abierta, lo que hacía pensar que el periodista estaba solo.
Sin embargo, al llegar, se encontró con él y su esposa intentando sacar una moto. Así fue como contó lo ocurrido el joven sicario.
“Yo voy hacia la casa del duro, pero veo que está con una mujer intentando sacar su moto, yo pasé de largo y metros más adelante me devuelvo, observo que el duro ya tenía la moto afuera y estaba junto a una ‘hembra’, al verlo me le boté a la víctima, saco el arma, observo al duro y le apunto y disparo en cuatro oportunidades. En las dos primeras oportunidades el arma no disparaba, se ‘encascara’ entonces yo me monté el revólver directo y nuevamente le disparé al duro en cuatro oportunidades. El duro cae en los dos primeros tiros y el duro empezó a gritar y se mandó la mano a la cintura y allí le senté los otros dos tiros y salí corriendo hasta el parque con el fin de ubicar a ‘El Vago’ que me estaba esperando supuestamente en su moto”, reveló.
Tras los disparos, el joven sicario huyó en busca de su cómplice, ‘El Vago’, en el punto de encuentro pactado. Pero lo que encontró fue una traición.
La doble traición: ‘El Vago’ lo dejó “botado” y lo delató
Al no encontrar a ‘El Vago’, Perea Babativa se fue corriendo por la zona. Unas cuadras más adelante, lo vio pasar en la moto, por lo que lo siguió en un intento desesperado por dispararle, pero también falló.
“Pero cuando salí al parque no veo a ‘El Vago’ y cogí por toda la vía en dirección hacia el aeropuerto. Mientras caminaba por ese sector observo a ‘El Vago’ que pasa en la moto y yo le digo que no me deje botado, y ese de aposta me deja botado. Yo me acerco y le intento detonar los dos tiros que me sobraban y se me ‘encascara’ el arma de fuego o revólver. Al ver que no me disparaba el arma la guardo y sigo corriendo hacia el parque central y después de eso cojo un taxi, después de esto le pido que me lleve hacia la carrera 18, el barrio”, concluyó el joven en la audiencia conocida por Caracol radio.
Al final, la historia de Wilmer Alexander Perea Babativa tomó un giro irónico: alias El Vago, quien lo contrató para matar al periodista, fue el mismo que lo delató ante las autoridades, según revelaron los investigadores del caso.
Tras el ataque contra el periodista y su esposa, ambos fueron auxiliados por los vecinos de la zona. Actualmente, se recuperan bajo observación médica en Bogotá, donde a Gustavo le harán una cirugía para extraer los proyectiles.
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