Si hubo un pueblo en Colombia que sufriera el rigor del conflicto armado fue Toribío, en el norte de Cauca. Allí las Farc perpetraron más de 600 ataques entre 1979 y 2016, y la vida política se vivía a imagen y semejanza de la insurgencia.
“Había restricciones para que un candidato pudiera llegar hasta la zona rural del municipio a presentar sus propuestas”, explica Luis Alfredo Muelas, exgobernador indígena de Toribío. La presión no se daba directamente al ciudadano a la hora de sufragar, sino en el impedimento a los candidatos de expresar sus ideas, así que al final, no había votos.
Ahora Toribío es un pueblo común y corriente por el que una romería de políticos desfilan mostrando propuestas, que quien sabe si algún día van a cumplir, señala Carlos Pala, líder del cabildo indígena de Tacueyó, el mismo lugar que vivió una terrible masacre entre noviembre de 1985 y enero de 1986, cuando una disidencia de las Farc decidió matar a 165 de sus excompañeros guerrilleros por una supuesta infiltración de la Fuerza Pública y de la CIA en ese territorio.
“Ha llegado mucha gente de diferentes partidos, hay vallas de un montón políticos que ahora llegan sin ninguna dificultad”, dice Pala.
Muelas asegura que en esta campaña se ve lo que antes era imposible: “hay de partidos cristianos, indígenas, afros; están el Centro Democrático, Cambio Radical, liberales y conservadores, las caras que se ven en las noticias nacionales las estamos viendo en Toribío”.
Alcibiades Uscue Musicue, alcalde de Toribío, se declara satisfecho, cree que estas elecciones serán las primeras que se vivirán en tranquilidad. Por ahora las garantías están dadas para que las 17.329 personas habilitadas para votar en su municipio lo hagan, para ello se está disponiendo de toda la logística necesaria para que las 53 mesas de votación estén listas el domingo a las 8:00 de la mañana, incluso la de López, la vereda más lejana del casco urbano.