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Las ausencias, desplantes y cambios en la agenda del presidente Gustavo Petro –al menos 93 en más de un año de mandato– hace rato dejaron de ser un asunto fortuito y hoy son el germen de todo tipo de especulaciones y comentarios alrededor de su salud.
Si algo le faltaba al ramillete de teorías y conjeturas eran las declaraciones de su hermano, Juan Fernando Petro, que sorprendió al sugerir que el mandatario padecería del síndrome de Asperger. ¿De qué se trata, implica algún riesgo y en qué medida explicaría sus cada vez más sonados desplantes?
“Es un tipo de autismo, de nivel 1: el más leve. Es un trastorno del neurodesarrollo que se manifiesta en personas con dificultades para socializar, interactuar y comunicarse. También con intereses restringidos y conductas repetitivas”, explicó a EL COLOMBIANO Ligia Stella Parales, psicóloga y magíster en neuropsicología y educación, quien hace parte del componente de neurociencias del Colegio Colombiano de Psicólogos (Colpsic).
En su entrevista con Los Informantes –que posteriormente rechazó por considerarla descontexualizada–, el hermano del presidente sostuvo que fue un psicólogo en un colegio de Zipaquirá (Cundinamarca), quien afirmó que padecían el síndrome. “Podemos estar con 10.000 personas, pero de pronto no estamos ahí, aunque estemos físicamente. En el caso de Gustavo es todavía más intenso que el mío (...) Él habita su propio universo, que está en su cabeza, y a veces el mundo no existe allá afuera”.
Luego, en medio del revuelo que causaron sus afirmaciones y ante la gasolina que le suministró a quienes insisten en que Petro debe ser sometido a exámenes médicos públicos, Juan Fernando Petro reculó y dijo que el diagnóstico no los comprometía a ambos, sino solo a él. “Fue un dictamen del psicólogo del colegio, una tarde cualquiera, sin exámenes ni estudios neurológicos. Simplemente me dijo ‘su hermano tiene un comportamiento similar, debe tener lo mismo’”, aseguró a Blu Radio.
En respuesta, en el ocaso de la tarde de este lunes Petro se manifestó y, al enfatizar que “jamás he recibido un diagnóstico sobre el síndrome”, declaró que “algo pasa” con su hermano y que “es imposible” que hayan sido diagnosticados cuando niños “porque esa enfermedad solo empezó a diagnosticarse en 1994”. En efecto, hoy por hoy, según la literatura médica, los padecimientos alrededor del síndrome se enmarcan en lo que se conoce como el Trastorno del Espectro Autista (TEA).
De acuerdo con expertos, los diagnósticos relacionados con el síndrome de Asperger se hacen –usualmente– en la niñez y en la juventud, pero siempre deben estar mediados por valoraciones estrictamente clínicas y médicas por parte de un neurólogo o un psiquiatra. Es decir, la supuesta evaluación hecha a temprana edad al hoy presidente y su hermano no sería fiable y demanda una valoración profesional.
“Hace parte de un espectro muy grande, de muchas enfermedades, alrededor del autismo y todo varía. Generalmente, es detectada en la infancia o adolescencia temprana, pero ese diagnóstico no se hace de buenas a primeras. Hay que evaluar factores de riesgo, cómo era la relación con sus pares y demás factores”, señaló a este diario por su parte el profesor Camilo Sánchez Martin, neurólogo pediatra de la Universidad Militar.
Según Sánchez, los niños diagnosticados con este padecimiento generalmente presentan una conducta de aislamiento en entornos como el colegio, “no participan en juegos ni interactúan con sus compañeros”. A su turno, para la psicóloga Parales, aunque no todos los casos son iguales – y siempre dependerá el dictamen–, sí se observa que los menores que lo padecen “suelen ser más reservados y con dificultades para compartir con el otro”.
A la luz de ello, la pregunta que salta a la vista es: en caso de que sí fuera cierto, ¿representa algún grado de riesgo este trastorno para el presidente? La respuesta de los expertos es tajante: no y, en todo caso, se tendrían que evaluar diversidad de aspectos antes de aventurarse a determinar algún grado de afectación. “En la mayoría de casos el paciente lleva un ritmo de vida normal o esperado”, remató Parales.
De hecho, para el profesor Diego León Rodríguez –doctor en Psicología y docente investigador de la Universidad Externado–, el trastorno, a primera vista, no parece visible en el Jefe de Estado. Lo anterior, permitiría inferir también que son otras las causas detrás de las ausencias del mandatario.
“No he visto que no entienda los chistes, las metáforas, que le cueste sonreír, hacer contacto visual o establecer relaciones con otros. Tampoco conductas ritualistas o estereotipadas que generen una irrupción en su vida cotidiana. Parece una persona muy normal en términos de interacciones sociales y de control de sí mismo y sus emociones”, dijo.
Puede que las declaraciones de Juan Fernando Petro, sin un diagnóstico real y una evaluación rigurosa, no pasen de ser una anécdota de niños. Sin embargo, la polarización y el ambiente en el país alcanza un nivel de crispación tal que su salida en falso no deja de afectar al presidente. De paso, abastece a los sectores de oposición que piden explicaciones sobre su salud. Cumplir su agenda –sí algo tan simple–, sería un primer paso para que Petro ayude a despejar los rumores.
Se acentúa discusión por salud de Petro
Las declaraciones de Juan Fernando Petro dieron pie a que sectores políticos arreciaran en su solicitud para que Petro rinda cuentas alrededor de su salud. “No puede ser una cortina de humo para que el Senado apruebe una proposición esperando a que el presidente del Congreso, Iván Name, la ponga a consideración y se le solicite a Petro realizarse exámenes, así como la conformación de un tribunal médico de alto nivel para que analice los resultados”, reclamó el representante Christian Garcés (Centro Democrático).
Por su parte, desde los sectores oficialistas salieron a defender al presidente y alertaron que asociar el síndrome con una enfermedad estigmatiza a quienes padecen esta condición y llevan una vida corriente. Por ello, defendieron que personajes como el futbolista Lionel Messi, el magnate Bill Gates o Elon Musk fueron diagnosticados con esta condición y llevan vidas exitosas.
Comunicador social y periodista de la Universidad Central, especializado en Gobierno, Gerencia y Asuntos Públicos de las universidades Externado y Columbia.