El 25 de mayo de 2014, contra todo pronóstico, Juan Manuel Santos perdió la primera vuelta presidencial. Por una estrecha diferencia de apenas 458.000 votos, el candidato del Centro Democrático Óscar Iván Zuluaga se impuso en primer lugar en las urnas. En unos comicios de casi 13 millones de votantes la cifra era poco representativa, pero amenazaba la continuidad en el poder de Santos.
Y mientras en la campaña del uribismo celebraban la victoria, en la sede santista el candidato presidente pronunciaba un discurso que se movía entre extremos: señaló que para la segunda vuelta “los colombianos podrán escoger entre quienes queremos el fin de la guerra y los que prefieren una guerra sin fin”, y agradeció a su equipo más cercano, con menciones directas a Germán Vargas Lleras y César Gaviria Trujillo. La estrategia para no entregar el poder había comenzado. Y solo hasta la semana pasada, cinco años después, el controvertido testimonio de un empresario ofreció detalles sobre cómo ese plan no habría sido tan transparente.
El nuevo plan
La primera decisión de la campaña santista fue dar un giro. Roberto Prieto seguiría como gerente, pero se necesitaba un jefe de debate. De hecho, una fuente cercana al liberalismo contó a EL COLOMBIANO de manera extraoficial que fue Néstor Humberto Martínez, que para la época se desempeñaba como asesor jurídico en su firma Martínez Neira Abogados, quien durante una reunión social propuso dejar la campaña en manos de un peso pesado de la política como César Gaviria.
Con un expresidente al mando y baterías recargadas, la ruta para ganar las elecciones estaba trazada. Pero en la primera vuelta, la campaña había invertido, en teoria, 13.500 millones de pesos (de acuerdo con el reporte oficial registrado en el aplicativo Cuentas Claras). Según narró la fuente, había que conseguir más dinero y había que hacerlo pronto.
El testigo
La semana pasada, la filtración del testimonio que rindió el empresario Andrés Sanmiguel ante la Fiscalía causó revuelo en el país. Se trata de una declaración en video que Sanmiguel ofreció el 18 de junio de 2018 y que el pasado 14 de marzo fue remitida por el ente acusador al Consejo Nacional Electoral (CNE).
En la versión, que fue difundida por varios medios radiales, el empresario señaló que en 2010, después de un revés económico, aceptó trabajar en Fagar Servicios, compañía española cuyo representante legal en Colombia era David Fernando Portilla. Así se conocieron. “David me dice ‘oiga, Andrés, estoy necesitando una empresa porque tengo muchos contratos y quiero ver por dónde puedo hacer unos contratos chiquitos sin meter a los españoles’. Yo le dije que tenía una empresa constituida, pero que estaba quieta, y le cedí legalmente las acciones a cambio de que me diera un 50 % de lo que ganara haciendo negocios con ella. Estamos hablando de Gistic”, señaló Sanmiguel durante la declaración.
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La empresa a la que se refiere es Gistic Soluciones Integrales, matriculada en noviembre de 2018 y que según documentación de la Cámara de Comercio de Bogotá, fue constituida con un capital de 80 millones de pesos. “Pasó un año y David me dijo que todavía no había hecho ningún negocio con la empresa, entonces le pedí que me la devolviera. En diciembre de 2013 me devuelve esta empresa y yo la pongo a nombre de mi señora”, explicó Sanmiguel.
Pero a partir de ese momento, según el testimonio del empresario, se empezó a desatar una trama que involucra política y mucho dinero de la multinacional brasileña Odebrecht, protagonista del más grande escándalo de corrupción en Latinoamérica en los últimos años: “Portilla estaba trabajando en un negocio de Metrolínea (sistema de transporte masivo de Bucaramanga) y ese negocio lo estaba haciendo con Esteban Moreno. Entonces en enero David me dice ‘¿se acuerda del negocio que le conté? Es para hacer mantenimiento de una vía’. Yo fui a una reunión para ver qué era lo que se iba a hacer. Salí muy preocupado y le dije a David que esa era una obra importante, que quién la iba a hacer y él me dijo ‘fresco, que eso yo lo organizo’”, continuó Sanmiguel en su testimonio.