En dos operativos aparentemente aislados, realizados en carreteras del Magdalena, la Policía de Tránsito descubrió a dos hombres que transportaban miles de huevos de iguana en buses intermunicipales. El primer caso ocurrió en la ruta Bucaramanga-Cartagena, y el segundo en el trayecto Valledupar-Barranquilla. Ambos fueron sorprendidos durante inspecciones de control vehicular.
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La mayor Gloria Clavo, vocera de la Policía del Magdalena, explicó que el primer decomiso se realizó en el sector del peaje Tucurinca, municipio de Aracataca, donde las autoridades encontraron 3.000 huevos de iguana distribuidos en tres bolsos.
Por su parte, en un segundo operativo desarrollado en la vía Río Ariguaní - Ye de Ciénaga, a la altura del sector El Reposo, Zona Bananera, un ciudadano venezolano fue interceptado mientras transportaba 1.800 huevos de esta especie.
Según las investigaciones, la obtención de estos huevos implicó la muerte de más de 400 iguanas, una especie que se encuentra en peligro de extinción. En lo corrido del año 2025, las autoridades ambientales del Magdalena han incautado más de 5.200 huevos de iguana en diferentes operativos.
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La Policía del Magdalena hace un llamado urgente a la ciudadanía para evitar actividades que amenacen la fauna silvestre, como la extracción de huevos de iguana. Además de ser un delito, esta práctica pone en riesgo la supervivencia de la especie y provoca daños graves en los ecosistemas locales.
Tráfico de huevos de iguana en Colombia, una escalofriante práctica
El Comité Interinstitucional de Flora y Fauna Silvestre (CIFFA) explicó que esta es una práctica considerada tráfico ilegal de fauna, porque implica la extracción y explotación de una especie. Según María Piedad Baptiste, bióloga e investigadora del Instituto Humboldt, la iguana verde está en el top 3 de los 10 animales silvestres más traficados en Colombia, solo superada por la tortuga hicotea y la tortuga morrocoy y seguida por el periquito bronceado, la lora común, la cotorra cheja, la ardilla, el tití gris, el mico maicero y algunas ranas.
El método de extracción de los huevos de las iguanas es cruel: suelen acorralarlas a través de incendios para que salgan de sus escondites y cuando son capturadas, las apedrean o reciben golpes con palos y, estando vivas aún, los cazadores abren sus vientres con cuchillas para sacar los huevos y luego, les cierran las heridas con ceniza, tierra o aserrín.
La tasa de supervivencia de las iguanas después de estos lamentables ataques es menos del 10 % y no podrán volver a reproducirse nuevamente. Este crimen suelen cometerlo habitantes agobiados por la pobreza que encuentran una oportunidad de tener ingresos extra.
“La demanda de especies silvestres en Colombia tiene varias motivaciones. En el caso de los reptiles es por el consumo de su carne y huevos, una presión que aumenta considerablemente durante la Cuaresma y los días de Semana Santa; las aves, mamíferos y anfibios son para tenencia ilegal como mascotas”, aseguró María Piedad Baptiste en un artículo del Humboldt.
Así es como comienza el comercio regional. Con los huevos extraídos y la carne de las iguanas que fallecieron, los cazadores venden sus “productos” en puntos estratégicos como carreteras nacionales y en plazas pequeñas y grandes como en el mercado de Bazurto en Cartagena. Usualmente, los cazadores usan a menores de edad como eslabones para que así no puedan ser detenidos por las autoridades.
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y la situación no parece disminuir, a pesar de que comprar y vender fauna silvestre, o sus partes, es un delito sancionado con cárcel de hasta 135 meses y con multas de más de 43 mil salarios mínimos legales vigentes.
