Un ingeniero civil cercano a los 80 años, de lenguaje procaz e ideas polémicas, estuvo a punto de ganarle la Presidencia a Gustavo Petro en 2022. Aunque en los resultados de la primera vuelta presidencial los separaban más de 2,5 millones de votos, los análisis indicaban que Rodolfo Hernández tenía todo por crecer electoralmente –Federico Gutiérrez había obtenido más de 5 millones de votos–y que Petro estaba más cercano a su techo de votación. Pero los análisis se equivocaron y para la historia quedó que el hoy jefe de Estado logró darle la vuelta en esas tres semanas y el exalcalde de Bucaramanga terminó perdiendo. O no quiso ganar.
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Antes de la segunda vuelta de 2022, Hernández no solo tomó la insólita decisión de irse a vivir esos días a Miami, cuando la campaña política estaba en pleno auge en Colombia, sino que dio pie a un escándalo por videos revelados de Hernández con su hijo en un yate con varias mujeres en Miami y una denuncia de supuestos riesgos de seguridad. Perdió por un poco más de 700.000 votos que obtuvieron Gustavo Petro y su fórmula Francia Márquez. Su “Rodolfoneta”, como se apodó el apoyo ciudadano que recibió en todo el país, se quedó sin gasolina antes de llegar a la meta.
Así las cosas, Rodolfo Hernández llegó al Senado por la curul que le da el estatuto de la oposición a quien queda en segundo lugar y desde ese momento sus aspiraciones políticas, como su figura misma, se desinflaron. Renunció a los pocos meses para enfrentar por fuera del Legislativo una investigación ante la Fiscalía.
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El caso Vitalogic
El juez Décimo Penal del Circuito de Bucaramanga encontró culpable a Hernández, exalcalde de Bucaramanga, por el delito de celebración indebida de contratos en condición de autor.
El caso se remonta a finales de junio de 2016, cuando el entonces alcalde Hernández, declarado abanderado de la lucha contra la corrupción, tuvo una reunión en su penthouse con quien fungía como gerente de la Empresa de Aseo de Bucaramanga (EMAB), José Manuel Barrera.
El encuentro tenía el propósito de pedirle a Barrera que le entregara un contrato inicial de 344 millones de pesos al ingeniero Jorge Hernán Alarcón, con el objetivo de construir una planta de energía a base de residuos sólidos. Alarcón, ingeniero químico, se encargaría de elaborar los pliegos para la licitación del contrato. El proyecto prometía transformar los desechos del relleno sanitario El Carrasco por hasta tres décadas.
Hernández influyó para que interviniera uno de sus cuatro hijos, Luis Carlos Hernández Oliveros. Lo que acordaron fue que él repartiría coimas entre los firmantes del contrato, siempre y cuando fuera otorgado a la empresa Vitalogic RSU. Las acusaciones en torno a las irregularidades probadas por la Procuraduría siempre han sido negadas por esta firma.
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¿Quién era Rodolfo Hernández?
Nació en Piedecuesta (Santander) en 1945 y desde muy joven mostró interés por los temas de la construcción, la ciudad y el territorio y por eso decidió estudiar Ingeniería Civil de la Universidad Nacional.
Sin embargo, su vida, como la de millones de colombianos, no estuvo exenta de los estragos de la guerra. Su padre estuvo secuestrado durante 135 días por la guerrilla de las Farc y su hija menor, Juliana, fue secuestrada y presuntamente asesinada por el Ejército de Liberación Nacional, ELN en 2004.
“Le pego su tiro”
Hernández, quien amasó su fortuna en el sector de construcción, protagonizó varios episodios que le dieron visibilidad nacional. “Grabe todo lo que le dé la puta gana (...). Me hago deshuevar si usted sigue jodiéndome. Le pego su tiro, malparido”, le dijo el exalcalde a un supuesto cliente de su constructora, en una llamada que se filtró en 2021.
Pero antes, en 2018, el mandatario golpeó en el rostro al concejal Jhon Claro, quien lo cuestionó: “Miente, hijueputa”, gritó ofuscado. Y a los bomberos de Bucaramanga les dijo que eran unos “gordos que se la pasan durmiendo”. Su origen y forma de gobernar, clasificada en la ciencia política como un outsider, cautivó a una buena parte de la ciudadanía. ¿Por qué?
EL COLOMBIANO consultó a Guillermo Henao, politólogo y máster en Comunicación Política de la Universidad Eafit, quien señala que Rodolfo Hernández fue “el político que mejor supo leer, en los últimos cinco años, la desazón de un sector amplio de la ciudadanía que no confía en el Estado (...), usó la bandera de la anticorrupción sumada a la exaltación popular con un lenguaje coloquial, sencillo y cargado de analogías, donde el populismo abunda”.
Por su parte, Carlos Prieto, profesor de la Facultad de Ciencias Políticas y Relaciones Internacionales de la Universidad Javeriana, opina que el hecho de que Hernández haya tenido tanto vuelo como outsider de la política colombiana “pone de presente un lamentable síntoma en los liderazgos y el sistema político electoral del país”.
Hernández murió este lunes 2 de septiembre tras enfrentar un cáncer terminal. Tenía 79 años. Así lo confirmó en un comunicado el Hospital Internacional de Colombia (HIC) de Piedecuesta, Santander: “Se permite informar a la opinión pública que, a pesar de todos los esfuerzos realizados por nuestro equipo médico y asistencial, el ingeniero Rodolfo Hernández Suárez, falleció hoy debido a complicaciones de su patología neoplásica metastásica de colon. Lamentamos profundamente este sensible acontecimiento y, en nombre de todo el personal del HIC, extendemos nuestras más sentidas condolencias a sus familiares, amigos, allegados y seguidores”, señaló el hospital.
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