Cuando se analiza cómo funciona la distribución de la cocaína colombiana en Estados Unidos por parte del crimen organizado transnacional, los focos siempre apuntan a Florida, adonde llega la mercancía por vía marítima, o a Texas, donde pasa por vía terrestre desde la frontera mexicana. Pero en los últimos años, un estado se ha convertido en un punto crítico para la operación de los criminales: Missouri.
La ciudad más poblada del estado, Kansas City, localizada en el corazón de ese país, es un importante cruce de autopistas que comunican las costas Pacífica y Atlántica (Oriente - Occidente) y las franjas limítrofes con Canadá y México (Norte - Sur), lo que la convierte en un paso obligado de los vehículos que mueven los estupefacientes en caletas de lado a lado.
EL COLOMBIANO visitó la metrópoli de 520.000 habitantes, por una invitación del Departamento de Estado de EE.UU., para conocer de cerca el comportamiento de la criminalidad en esta zona estratégica.
Según la estadística oficial, en Missouri y sus alrededores, entre 2022 y 2024 se decomisaron tres toneladas de cocaína, de las cuales el 90% provenía de Colombia; tan solo el año pasado arrestaron a 10.000 personas por delitos relacionados con drogas de toda clase y decomisaron 2.300 armas de fuego, lo que refleja una febril actividad del crimen organizado.
Una de las entidades que monitorea esta situación es el Área de Alta Intensidad de Tráfico de Drogas del Centro Oeste (Midwest HIDTA , por sus siglas en inglés). Es una de las 33 organizaciones de este tipo que dependen de la Oficina de Política Nacional de Control de Drogas de la Casa Blanca, y cuyo propósito es gerenciar el apoyo logístico, operativo y financiero de las agencias de seguridad estatales y municipales.
Esta, en particular, tiene injerencia en los estados de Missouri, Kansas, Iowa, Nebraska, Illinois, Dakota del Sur y del Norte. Su director ejecutivo es el exagente especial de la DEA, Daniel Neill, quien conversó con este diario.
“En Kansas City no hay bandas de crimen organizado tan jerarquizadas como las de Colombia, pero los carteles mexicanos distribuyen los narcóticos en facciones locales conformadas por clanes familiares y pandillas juveniles. También participan estructuras compuestas por algunos migrantes, como la MS-13, Tren de Aragua, The Blood y The Crips”, explicó.
Estos grupos aprovechan las autopistas interestatales que pasan por Kansas City y el área metropolitana de Missouri, entre ellas las Rutas 40 y 71, que conectan a Estados Unidos de este a oeste y de norte a sur, respectivamente; también las vías Interestatales 29, 35 y 70, por donde viaja la droga oculta en toda clase de vehículos, especialmente camiones y camionetas con compartimentos secretos acondicionados.
El fiscal general de Kansas, Kris Kobach, comentó que estas vías también son aprovechadas por redes de tráfico humano, que transportan migrantes ilegales hacia las vastas áreas rurales del Estado, dado que tanto Kansas City como Missouri son despensas agrícolas del país.