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La gestión del director de la Unidad Nacional de Protección, UNP, Augusto Rodríguez, no ha sido sencilla. No solo ha tenido que encarar los gravísimos hechos de corrupción revelados en las ultimas semanas al interior de la entidad, sino que también ha tenido algunos enfrentamientos con los dirigentes de los 19 sindicatos al interior de la UNP.
Todo inició el 12 de septiembre, luego de que Rodríguez se posesionara como director, y decidiera reunirse con los líderes para poder socializar algunos de los ejes estratégicos para su labor como director.
Allí les informó que uno de sus proyectos era formalizar a casi 9.000 escoltas que sirven a la unidad, y que hoy brindan sus servicios a través de la tercerización laboral. Les habló de la posibilidad de contratar una nueva flota de vehículos, pues alrededor de 4.500 de ellos, entre convencionales y blindados, son arrendados, y los contratos están cooptados por ciertas empresas, o es un negocio cartelizado, según lo ha denunciado el mismo Rodríguez.
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En la reunión también les explicó que por orden del presidente Gustavo Petro, la UNP asumirá las funciones de protección que hasta ese momentos habían sido asignadas a la policía, cuando esta dejara de pertenecer al Ministerio de Defensa. Y esta cerró con una importante advertencia: la nueva administración no estará dispuesta a tolerar actos de corrupción, y buscará por los medios que sea necesario limpiar su imagen. Algunos de ellos, vieron con buenos ojos la noticia, otros demostraron escepticismo.
Casi un mes después, seis sindicatos afiliados a la CUT al parecer se dieron cita y tomaron la decisión de cesar las actividades en las oficinas centrales de la UNP por unas horas.
Revista Semana, conoció que ese día los sindicalistas supuestamente maltrataron al director, buscaron retenerlo por un momento, por lo que sus escoltas tuvieron que rescatarlo de los activistas, quienes también buscaron inmovilizar el vehículo asignado a su seguridad.
Las puertas de la UNP fueron bloqueadas durante varias horas por los sindicalistas, hasta que llegaron dos inspectores del Ministerio de Trabajo, y consiguieron mediar para que el paro se levantara. Tuvieron que recordarles que sus contratos no están firmados directamente con la entidad del gobierno, sino con una empresa contratista.
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De los 11.000 trabajadores directos que tiene la institución, apenas 2.000 están afiliados a los 19 sindicatos, donde los adscritos a los mismos, suelen tener permisos sindicales remunerados y días cesantes. Además, Semana también tuvo acceso a un documento que revela una grave denuncia contra algunos dirigentes sindicales.
“Hay otro factor que hace especial a los sindicatos de la UNP. Si bien es cierto, no son todos, sí algunos, de tiempo atrás, han mantenido una relación non sancta con la corrupción y el caos administrativo de la entidad. Se sabe de dirigentes sindicales que más que representar a sus afiliados se han especializado en negociar peticiones particulares, por una parte, por otra, traficar con información privilegiada y confidencial del interior de la empresa y a su vez trabajar por el interés competitivo de las empresas rentistas”, sostiene el documento.
“Pero hay algo más, que raya con lo penal, y es que, de tiempo atrás, hay fuertes indicios de que señalados dirigentes hacen parte del entramado mafioso y criminal que golpea a la institución”, señala el mismo.
Periodista digital con interés en periodismo de datos, medio ambiente, genero y derechos humanos.