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Vélez: de vender correas en
El Hueco a una multinacional
El fundador inició el negocio con una inversión de 3.000 pesos y ahora está en más de 30 países.
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La planta de Vélez está ubicada en Amagá Antioquía, y es considerada como una de las más innovadoras de América Latina. Hoy, la empresa tiene más de 4.300 empleados directos. -
09 de diciembre de 2022
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La gigantesca empresa Vélez que conocemos hoy nació siendo un pequeño negocio informal en el centro de Medellín. Juan Raúl Vélez González era un veinteañero con ganas de emprender y arrancó en el mundo de las ventas con apenas 3.000 pesos colombianos en el bolsillo y una habilidad innata para recorrerse la ciudad.
Con su ingenio y la habilidad de negociar que caracteriza a los paisas, Juan Raul llegaba en bus y recorría local a local vendiendo cuchillas de afeitar, helados y artículos varios en el sector conocido como El Hueco, en la Comuna 10 de Medellín, pero descubrió rápidamente que lo suyo eran las correas.
Para esa época, en 1986, aquel joven nacido en Medellín empezó a fabricar su primer producto: unos icónicos cinturones de algodón que le ayudaron a recolectar el capital suficiente para fundar su primera planta de producción y contratar dos personas de confianza.
Para ese entonces Vélez tenía 25 años, unos cuantos empleados y una planta de producción que llegó a confeccionar más de 50.000 cinturones diarios en tiempo récord.
Pero ni ese éxito prematuro le auguraba lo que alcanzaría a ser hoy. En pleno 2022, Vélez está en los principales centros comerciales del país, tiene 215 tiendas propias en Colombia y está en más de 30 países de la región como Panamá, Perú, Costa Rica, Guatemala y El Salvador.
Hoy, Vélez no solo es una de las empresas más grandes de Antioquia, sino que es reconocida y querida por los paisas como una marca que se extendió por todo el continente.
El cuero: la especialidad de Vélez
Pero las correas fueron solo el inicio de la industria de marroquinería que construyó Vélez González. Después llegaron los zapatos, las chaquetas y hasta los bolsos, billeteras y tenis que se exhiben en cada almacén.
En diálogo con EL COLOMBIANO, esa empresa contó que gracias a los más de 400 empleados de la planta se procesan cerca de 750 pieles al día con un enfoque de “moda sostenible” que los ha hecho acreedores de varios premios a la innovación tecnológica y de sostenibilidad.
“Para el proceso de pelambre, curtido y recurtido y secado del cuero tratamos alrededor de 500m3 de agua al día con una capacidad de recirculación de hasta el 40%, obteniendo reducciones de contaminación de hasta un 98% y una reducción del uso de energía en un 30%. Gracias a nuestra planta gestionamos ecológicamente los productos químicos, reduciéndolos en hasta un 90%, así como la generación de desechos mediante actividades de prevención, reducción, reciclado y reutilización, promoviendo la economía circular con la recuperación de las pieles del sector primario como ganadería y leche”, detalló la compañía.
Gracias a eso, la planta de producción -ubicada en Amagá, Antioquia- ha recibido el Sello de Sostenibilidad, en la categoría AA, otorgado por Corantioquia y el Sello Oro en Moda Sostenible entregado por CO2CERO y la empresaria y presentadora Claudia Bahamón.
Vélez, el paisa del cuero
Juan Raúl Vélez González es el fundador y actual presidente de la empresa de marroquinería Vélez. Aprendió a trabajar el cuero desde pequeño junto a sus hermanos. De hecho, dos de los hijos de la familia Vélez también fundaron la reconocida marca de calzado y accesorios Bosi. Nació en 1960, en Medellín, y fundó su empresa en 1986. Ahora la marca tiene 36 y es una de las más grandes del sector.
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