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El futuro prometedor de las energías renovables en Colombia

Este tipo de energías no convencionales en Colombia pasarán de representar menos del 1 % a más del 12 % en 2022.

  • Son nueve los parques eólicos que se han adjudicaron por subastas. Foto: Colprensa
    Son nueve los parques eólicos que se han adjudicaron por subastas. Foto: Colprensa
¿Hacia dónde va el futuro de las renovables?
24 de mayo de 2021
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La transición energética se ha convertido en el punto central de los debates sobre el futuro del mundo, especialmente desde que 196 países se comprometieron en los Acuerdos de París a evitar que la temperatura global aumente 2 grados celsius por encima de los niveles preindustriales, así como a trabajar para limitar el aumento alrededor de 1,5 grados.

En este camino, Colombia se ha posicionado, según el Foro Económico Mundial (WEF por sus siglas en inglés), como el segundo país de América Latina con mayores avances hacia esa transición, subiendo nueve posiciones en el Índice de Transición Energética WEF 2020, al pasar del puesto 34 al 25, en el último año.

Expertos analizan los avances de las energías renovables en el mercado colombiano, así como las barreras y retos que enfrenta el sector.

Un terreno abonado

Son diez países de la región (Chile, Colombia, Costa Rica, República Dominicana, Ecuador, Guatemala, Haití, Honduras, Paraguay y Perú) los que se comprometieron en aportar para lograr la meta regional del 70 % de energías renovables para el año 2030. Alineado con este desafío, la meta de Colombia, para 2022, es que más del 12 % de su capacidad instalada de generación eléctrica venga de fuentes renovables no convencionales.

Así, la transformación del sistema energético colombiano tiene tres propósitos fundamentales: aumentar la participación de las energías renovables no convencionales de menos del 1 % a más de 12 % en la matriz energética para el 2022; elevar su objetivo de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) del 20 % al 51 % para 2030; y hacer de la reactivación sostenible la fuerza que impulsa su estrategia de recuperación económica.

“Tenemos varias políticas públicas que se han venido implementando y ya hay resultados muy concretos. El primer pilar de la transición energética del país es la masificación de las energías renovables no convencionales como la eólica, la solar y la geotérmica. En 2019 se hicieron dos subastas donde se adjudicaron proyectos de energías no convencionales. En agosto de 2018 solo había dos proyectos de este tipo: el parque eólico Jepírachi, de Empresas Públicas de Medellín (EPM), en La Guajira, y una granja solar en Yumbo, en el departamento del Valle, de Celsia, dos empresas antioqueñas”, expresó Diego Mesa Puyo, ministro de Minas y Energía, en entrevista con EL COLOMBIANO.

Asimismo, agregó que estos dos proyectos no sumaban más de 30 megavatios, por lo que con el programa de las subastas, los incentivos fiscales, y las mejoras a la Ley 1715 de 2014 —que busca promover el desarrollo y la utilización de las fuentes no convencionales de energía, principalmente las de carácter renovable— se lograron adjudicar proyectos de contratos bilaterales por más 2.500 megavatios a 2022.

“El año pasado, en mitad de la pandemia, multiplicamos lo que teníamos en agosto de 2018 por siete veces, llegando a más de 225 megavatios. Este 2021 vamos a tener un hito muy importante que es llegar a los 1.000 megavatios de capacidad instalada en el país”, apuntó Mesa Puyo.

Los proyectos eólicos

En Dibulla, La Guajira, se construirán los primeros parques eólicos de la transición energética que está liderando el Minenergía en el país. El Gobierno ha destacado que La Guajira será el epicentro de las energías renovables en Colombia, con la construcción de 16 parques eólicos (9 de ellos adjudicados por subasta), que representarán inversiones estimadas en $10 billones y la generación de 11.000 empleos (ver gráfico).

“El primer parque eólico con tecnología de punta, que será otra vez de una empresa antioqueña, Isagen, va entrar con el proyecto Guajira 1. En este departamento hay proyectos de la empresa Enel Green Power|, como Windpeshi, uno de los más grandes que va a entrar en el primer trimestre del próximo año. Serán de 200 megavatios, más de diez veces de la capacidad de Jepírachi”, expresó el ministro.

Por su parte, para Santiago Ortega, director de Innovación de la empresa Emergente Energía Sostenible, la diversificación del mercado energético colombiano ha permitido que la transformación de este sector sea positiva: “En las subastas lo que se buscan son compradores y vendedores para que a las renovables se les dé una señal de precio de largo plazo, por lo que, en general, la implementación de las renovables en Colombia va muy bien, porque ya hay empresas que vienen del extranjero. Ya entró al país, por ejemplo, la energía de Portugal, la solar de China y los franceses también están interesados”, dijo.

Cabe recordar que el pasado mes de marzo Minenergía firmó con la Embajada de Dinamarca en Colombia un memorando de entendimiento para impulsar y promover la cooperación técnica y la implementación conjunta de programas y actividades en eficiencia energética, energías renovables y movilidad eléctrica. El objetivo es, para este año, construir un plan de trabajo en el que se logre coordinar tanto las necesidades de cooperación de Colombia en el sector energético como la experiencia, conocimiento, y buenas prácticas desarrollados por Dinamarca, primer productor de energía eólica offshore (marina) en el mundo.

Barreras y retos

El rechazo cultural o la aceptación social han sido algunas de las barreras identificadas en la entrada de las energías renovables al mercado energético colombiano.

“En particular, en los proyectos de La Guajira hay que hacer líneas de transmisión que pasan por comunidades wayúu, por lo que hay unos retos grandes en gestión social y también en el desarrollo de los proyectos que tienen unas necesidades de negociación con estas comunidades”, expresó Ortega.

De acuerdo con esto, Mesa Puyo expresó que este ha sido uno de los principales retos, ya que la mayoría de estos proyectos y sobre todo las líneas de transmisión, que son las que conectan la energía con el resto del sistema interconectado nacional, requieren consulta previa porque pasan por comunidades étnicas: “Lo que hemos visto es que cada vez más las comunidades se han dado cuenta de que esta es la principal oportunidad económica y social para el departamento, porque van a llegar empleos, además de las inversiones en vías de comunicación y portuarias y proyectos de electrificación, porque La Guajira, a pesar de su potencial, tiene un déficit de cobertura eléctrica muy grande”, añadió.

Por su parte, para Clara Inés Pardo, profesora de la Escuela de Administración de la Universidad del Rosario, en general, las principales barreras de las energías renovables son los costos que se requieren para la implementación de la infraestructura, ya que esta implica realizar adaptaciones, equipos y compra de tecnología para contar con la fuente de energía. Otra de las barreras que destaca Pardo es que el mercado de estas energías deben competir frente a los combustibles fósiles, los cuales, en algunos casos, reciben subsidios y son más competitivos y económicos a corto plazo frente a las renovables.

“Colombia tiene múltiples retos en la transición energética que están en función de los temas regulatorios, técnicos y sociales, que implican que las empresas de energía fortalezcan la digitalización y aplicación de las tecnologías de información que permita migrar hacia redes inteligentes”, apuntó Pardo.

Hemberth Suárez, socio de la firma OGE Legal Services -boutique de abogados expertos en asuntos relacionados con la regulación de energía eléctrica y gas natural-, afirmó, por su lado, que la conexión en tiempo y la asignación del concepto de aprobación de capacidad para que un proyecto de generación inyecte su energía a la red es otro de los retos que ve para el país en su transición energética: “De momento, la energía eléctrica solo se puede transmitir por redes y si no permiten esta conexión vamos a seguir teniendo proyectos atrapados”, dijo.

Aunque aún quedan barreras que superar en el ingreso de las renovables al mercado energético colombiano, el futuro, en general, se vislumbra exitoso. Colombia ya comenzó a abrirle la puerta a la nueva era de la energía, posicionándose, hasta el momento, como uno de los líderes en este asunto en América Latina.

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