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El aire de triunfalismo en el Gobierno ya se agotó. Desde esta semana en los pasillos de la Casa de Nariño solo se respira un aire de preocupación después de que, en la práctica, se confirmó la ruptura de la coalición oficialista que Petro armó el 7 agosto, al llegar al poder, y que pese a que marchó los primeros meses aprobándole con mayorías proyectos como la reforma tributaria, pasó a un punto de desacuerdos y estancamiento.
El exceso de confianza que el Mandatario puso sobre su gobernabilidad se esfumó y ahora, según fuentes de Palacio, se vio obligado a agarrar la calculadora para hacer cuentas de sus apoyos. ¿Qué pasó? Resulta que los papeles se le voltearon y la burocracia no le alcanzó, pues los partidos Conservador, Liberal y La U –que se decantaron como sus aliados– no resistieron a la avalancha de reformas y armaron una disidencia dentro de la coalición de gobierno.
En los primeros meses de su mandato, el Jefe de Estado sacó provecho y disfrutó de la ‘luna de miel’ que tenía con el Congreso. Esto quedó en evidencia entre el 16 y el 17 de noviembre de 2022 cuando las mayorías del Senado (con 61 votos a favor y 20 en contra) y de la Cámara de Representantes (con 122 votos a favor y 27 en contra) le dieron luz verde a su reforma tributaria, pese a las polémicas por el aumento de impuestos y la carestía.
Solo fue cuestión de semanas para que la armoniosa relación se quebrara, lo que se tradujo en que esa poderosa aplanadora legislativa dejara de marchar y terminara varada. Y es que del éxito de esa primera ambiciosa reforma, Petro pasó a tomarse un trago amargo dos meses y medio después cuando convocó al Congreso a sesiones extraordinarias, desde el 7 de febrero, y se dio cuenta de que sus aliados dejaron de tragar entero.
Reforma a la salud fue un lastre
El ministro del Interior y principal enlace del Gobierno con el Congreso, Alfonso Prada, reconoció que pese a que Petro no lleva ni un año en el poder, su luna de miel con el Capitolio ya llegó a su fin. “Eso terminó hace rato. Creo que la luna de miel dura muy poco. Cada proyecto hay que armarlo en mayoría. Siempre lo he dicho, las coaliciones son supremamente leves, difíciles de mantener”, expuso Prada en la W.
La más evidente muestra de esa ruptura fueron precisamente las sesiones extraordinarias. En ese periodo del 7 de febrero al 15 de marzo el Gobierno tenía previsto que el Congreso le pasara en limpio la reforma a la salud, pero fue tanta la polémica que desató la iniciativa, presentado por la ministra Carolina Corcho, que en ese lapso de 36 días la reforma ni siquiera llegó a tener su primer debate.
Esta reforma fue el lastre que llevó a la ruptura de la coalición, pues a la fecha sigue sin tener su primer debate y aunque se radicó en un primer momento, los partidos tradicionales no están del todo convencidos de que Petro vaya a hacerle los ajustes a los que se comprometió después de que se hundió el primer articulado que radicó.
El tenso ambiente que desató la iniciativa de reforma a la salud, radicada el 13 de febrero, se agravó tan solo 24 horas después con el rudo discurso que Petro dio desde un balcón de la Casa de Nariño para darle una especie de advertencia a las mayorías que, en ese momento, confiaba tener complemente de su lado.
“Quizás en los círculos del poder económico se tejan mecanismos para impedir, a partir del dinero, una época de cambios en Colombia. Si eso es así, solo hay que recordar 1938, detener la Revolución en Marcha condujo al asesinato de Jorge Eliécer Gaitán y a una violencia que aún no termina”, advirtió Petro desde el balcón.
Ese mensaje fue entendido por las bancadas de los diferentes partidos como un intento de presión y no funcionó. Ese aparente chantaje, sumado al plan de acabar con las EPS y crear un sistema manejado por el Estado, desató un inconformismo que terminó uniendo a conservadores, liberales y La U contra el Gobierno, tres partidos que pueden frenar cualquier reforma al tener, juntos, 38 votos en el Senado y 75 votos en la Cámara.
Solo bastaron 19 días tras el discurso de Petro para que esos tres partidos se unieran y presentaran una propuesta de contrarreforma a la salud que hizo naufragar, el 6 de marzo, el proyecto de Corcho.
“Estamos en la coalición pero no quiere decir que todo lo aceptemos, estamos para construir argumentando para que queden mejor las reformas y quien salga beneficiado sea la gente”, le dijo Dilian Francisca Toro, directora de La U, a este diario sobre su negativa frente a este proyecto.
Surgió una disidencia oficialista
Ante el inminente colapso de su coalición, el Jefe de Estado decidió darle la cara a los partidos aliados desde finales de febrero y le prestó especial atención a los tres tradicionales que fueron el ‘palo en la rueda’ en la reforma a la salud.
Muestra de ello han sido las al menos dos reuniones privadas que sostuvo en el último mes y medio con los jefes del Conservador, Efraín Cepeda; Liberal, César Gaviria; y La U, Toro; quienes todavía no están del todo convencidos con la reforma a la salud.
Para tratar de solventar ese inconformismo, el Mandatario le pidió a Prada premura en los ‘retiros espirituales’ con esos tres partidos y con la Alianza Verde, pero estas actividades en las que el Gobierno mandó a sus ministros para que entraran en detalles sobre las reformas de salud, laboral y pensional no terminaron rindiendo los frutos que el Presidente esperaba y, una vez más, dejaron claro el inicio de la ruptura de su coalición.
Tras estos aires de crisis, la verdadera prueba de fuego para la Casa de Nariño llegó el 16 de marzo con el reinicio de las sesiones ordinarias en el Legislativo. En este caso los tiempos para evidenciar la ruptura fueron menores, pues en cuestión de una semana el Congreso hundió la reforma política y detrás de cámaras se reveló un malestar mayor.
Ese fue el primer campanazo que advirtió sobre la real división, pues aunque esa reforma había pasado sus primeros cuatro debates en 2022, se hundió en medio de la polémica por beneficios que se otorgaban a partidos y a congresistas. Lo más sensible es que aliados incondicionales de Petro como la Alianza Verde e incluso el Pacto Histórico no apoyaron el proyecto.
Un hecho que llamó la atención en la ebullición de estas crisis de las Petrorreformas fue la posición de Roy Barreras, presidente del Congreso y miembro del Pacto. Después de lanzar críticas a la reforma a la salud y distanciarse de esa colectividad, Barreras soltó los proyectos reformistas, que en lugar de llegar primero al Senado, terminaron en la Cámara, donde preside David Racero, quien tiene menos experiencia.
Esta rebeldía de los partidos con tendencia a la izquierda obligó a que Petro optara por hundir la reforma política en la Comisión Primera del Senado, pero esa fue solo la punta del iceberg de la crisis interna en la coalición oficialista, ya que detrás hay una serie de trabas que tiene previstas los tres partidos tradicionales, que no solo planean descuadernar –y de paso hundir– la reforma a la salud, sino también la laboral y la pensional.
Entre este jueves y viernes se confirmó que la reforma a la salud no logró componerse pese a las reuniones de Petro con Cepeda, Gaviria y Toro. Este diario conoció que el jueves técnicos del Ministerio de Salud le presentaron a esos tres jefes del Conservador, Liberal y La U, el borrador del nuevo articulado del proyecto y los tres quedaron molestos.
¿La razón? En el nuevo articulado se incluyó poco de lo que se había “concertado” con Petro para evitar la eliminación de las EPS. Este viernes el Presidente se reunió con Toro y los técnicos para tratar de subsanar el nuevo inconveniente, pero no se llegó a un acuerdo definitivo y tendrán una cita el próximo lunes.
Quien no está contento con este proyecto es Gaviria. Un representante a la Cámara liberal le dijo anónimamente a EL COLOMBIANO que Gaviria citó a su bancada el 21 de marzo y “expresó que no está conforme con el resultado final de la reforma, por lo que considera presentar su contrarreforma a la salud”, que, en resumidas cuentas, hundiría el proyecto oficialista que no alcanzaría los apoyos suficientes, pues el Gobierno perdería de tajo con los liberales 13 votos en Senado y 33 en Cámara.
A esto se le suma que los conservadores, con 15 votos en Senado y 26 en Cámara, dejaron coja la reforma laboral de Petro. Cepeda reunió a su bancada el 22 de marzo y anunció que no apoyará el proyecto reformista si no se dan cambios significativos en el articulado. Además, este diario conoció que La U, que tiene 10 curules en Senado y 16 en Cámara, tampoco le caminará a esta reforma y Toro, su jefa, ya inició contactos con los partidos azul y rojo para pensar una contrarreforma.
La alianza entre estos tres partidos confirmó la ruptura de la coalición con la creación de su propia disidencia interna que dejó al oficialismo en el Congreso dividido: por un lado están estos tres tradicionales trabajando de la mano, por el otro, están el Pacto y Comunes más dispuestos a escuchar a Petro; mientras que los verdes, molestos por la reforma política, han asumido una postura más independiente.
Ahora sin tener aseguradas las mayorías de su lado, la Casa de Nariño tiene previsto barajar otras opciones legales para implementar las reformas que le rechacen, pues de hundirse estos proyectos, el Gobierno podría incluso contemplar la opción de recurrir a una constituyente o un referendo, donde no sea el Congreso, sino los ciudadanos los que tomen la decisión.
Oposición e independientes dan la ruptura por hecho
Las voces de oposición e independientes en el Congreso aseguran que el plan reformista con el que consideran que el Gobierno saturó al Legislativo llevó a que se confirmara esta ruptura en la coalición. El senador David Luna, del partido opositor Cambio Radical, aseguró que Petro ha perdido el control de las mayorías en el Congreso por su afán de reformar diversos frentes del país al tiempo y con reformas que carecen, según él, de consensos. “El Congreso ha sido sensato al no tragar entero con proyectos como la reforma a la salud, hace falta verdadero diálogo y consensos para estructurar estas reformas”. Por su parte, la representante independiente Jénnifer Pedraza, de Dignidad y Compromiso señaló que la coalición está rota porque los tradicionales están inconformes y le meten la mano “a asuntos de fondo en las políticas de transformación”.
Micos que beneficaban a congresistas hicieron caer la reforma política
El primer fracaso del gobierno de Gustavo Petro en el escenario legislativo lo marcó el hundimiento de la reforma política que no logró superar su segunda vuelta en el Congreso. Esta iniciativa desató polémica en diferentes partidos porque en su ponencia para la segunda vuelta incluía beneficios como un 30% más de financiación para los partidos que optaran por listas cerradas, cuyos primeros puestos estaban asegurados para congresistas que habían resultado elegidos en los comicios inmediatamente anteriores.
Además, a los legisladores se les permitía dar un salto directo al Ejecutivo al garantizarles que podrían ser nombrados ministros y luego podrían volver a su curul si renunciaban a su puesto ministerial en la Casa de Nariño. El proyecto fue rechazado y duramente criticado incluso por el Pacto Histórico y la Alianza Verde, quienes hasta ahora habían sido los dos partidos más firmes con el Gobierno.
Eliminación de las EPS y manejos de dineros hunde la reforma de salud
Esta iniciativa no ha tenido ni un solo debate en el Congreso a pesar de que fue radicada a comienzos de febrero. Uno de los puntos que más ha desatado polémica de esta reforma es que contempla la eliminación de las Entidades Promotoras de Salud (EPS) al proponer que los recursos públicos sean administrados únicamente por el Estado. Además, se habla de la creación de los consejos de Administración de los Fondos Regionales de Salud, que serían los encargados del manejo de los recursos de la seguridad social en las regiones y de “desarrollar estrategias para garantizar la aplicación de las políticas públicas de salud” a cargo de alcaldías o gobernaciones.
Estas propuestas flaquearon ante la negativa de conservadores, liberales y La U, quienes siguen indispuestos porque sus consideraciones no están siendo incluidas en el borrador del nuevo articulado que se llevará al Congreso, por lo que se prevé que se hundirá.
Susto por desempleo e informalidad ponen freno a la reforma laboral
El Partido Conservador anunció que no le marchará a la reforma laboral que recientemente fue anunciada por el Gobierno de Gustavo Petro. Efraín Cepeda, director de los godos, señaló que la iniciativa va en contra de la generación y la formalización del empleo en el país al plantear nuevas condiciones laborales a las que incluso se opuso la Procuraduría General de la Nación.
“El texto presentado por el Gobierno convierte el régimen laboral más oneroso, rígido y poco competitivo, lo que incrementará los infortunados indicadores de desempleo e informalidad”, señaló Cepeda. A este malestar se sumó la directora del Partido de la U, Dilian Francisca Toro, quien señaló que convocará a conservadores y liberales para que los tres juntos impongan cambios al texto del Gobierno o, de lo contrario, presentarán una contrarreforma que haga contrapeso y termine hundiendo a la oficialista, que no sea alinea con sus intereses.
Cambios de régimen obligatorios harían flaquear la reforma pensional
La reforma pensional ha empezado a generar polémica entre los partidos tradicionales porque una de sus propuestas es que las personas cuyos ingresos son de tres salarios mínimos o menos pasarían a cotizar obligatoriamente en Colpensiones. Esto se traduce en que no podrían pensionarse con 1.150 semanas, como se establece en los fondos privados, y subiría a 1.300 la cotización obligatoria para poder pensionarse.
Además, aunque el Gobierno se comprometió a no tocar el dinero de las ahorrado por los colombianos, el director del Partido Liberal, César Gaviria, ha cuestionado que Jaime Dussan, presidente de Colpensiones, reconoció que el Gobierno planeaba utilizar los recursos para construir obras de infraestructura como el tren de Barranquilla a Buenaventura. “Un grave error seria implementar una norma de cualquier nivel que permita despojarle el dinero a los contribuyentes”, advirtió Gaviria.
El Partido Conservador anunció que no le marchará a la reforma laboral que recientemente fue anunciada por el Gobierno de Gustavo Petro. Efraín Cepeda, director del conservatismo, dijo que la iniciativa va en contra de la generación y la formalización del empleo al plantear nuevas condiciones laborales a las que incluso se opuso la Procuraduría General de la Nación. “El texto presentado por el Gobierno convierte el régimen laboral más oneroso, rígido y poco competitivo, lo que incrementará los infortunados indicadores de desempleo e informalidad”, señaló Cepeda. A este malestar se sumó la directora del Partido de la U, Dilian Francisca Toro, quien señaló que convocará a conservadores y liberales para que los tres juntos impongan cambios al texto del Gobierno o, de lo contrario, presentarán una contrarreforma que haga contrapeso y termine hundiendo a la oficialista, que no sea alinea con sus intereses.
Periodista, apasionado por la historia, la geopolítica y los documentales. Hago preguntas desde que tengo uso de razón. Egresado de la Universidad Eafit.