Una profunda tristeza embargó al municipio de Garzón, Huila, tras conocerse la trágica muerte de Néstor José Piedrahíta Hernández, un hombre de 40 años que vivía con una discapacidad.
Piedrahíta fue asesinado en extrañas circunstancias en Río de Janeiro, Brasil, ciudad donde residía desde hacía dos años.
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Su familia, sumida en el dolor, hizo una solicitud urgente a los gobiernos de Colombia y Brasil para que se esclarezcan los hechos y se facilite la repatriación de su cuerpo. Néstor José había emigrado en busca de un futuro mejor para él y sus cuatro hijos, quienes anhelan despedirlo dignamente en su tierra natal.
En Brasil, ejercía con pasión su oficio de mecánico, el mismo que desempeñó durante años en Garzón, impulsado por su espíritu de superación a pesar de tener movilidad reducida.
Con tristeza, su hermana, Adriana Teresa Piedrahíta Hernández, relató el angustiante momento en que recibieron la noticia: “Mi hermano había viajado a Brasil en busca de mejores oportunidades laborales desde hace dos años, se desempeñaba como mecánico y hacía también artesanías”, detalló a la FM.
Y agregó que, “constantemente se comunicaba con nosotros para saber de mi mamá y mis hermanos, pero hace un mes no sabíamos de él, hasta el domingo que nos llamaron a informarnos que a mi hermano lo habían matado el viernes”.
La llamada que recibieron llegó, al parecer, de un amigo de Néstor, quien les informó sobre su fallecimiento, añadiendo un detalle aún más doloroso: “su fallecimiento había sido un error, ya que al parecer se habrían equivocado las personas que lo mataron”.
En ese momento, Adriana recordó la fortaleza de su hermano: “Mi hermano hace tiempo era militar, pero 10 años atrás le cayó un rayo, lo que lo dejó en silla de ruedas, pero aun así era una persona que nunca se rindió, incluso hizo su propia silla de ruedas con pedales en la parte superior, para sus manos y poder valerse por sí solo”.
Según su familia, Néstor José anhelaba regresar a Colombia, construir su propio hogar y brindar apoyo a sus hijos y hermanos, buscando una estabilidad económica que superara sus limitaciones físicas.
Su hermana también destacó su incansable lucha en la vida: “Fue mecánico de profesión, había servido como soldado profesional. Tiene cuatro hijos de 19, 18, 17 y 11 años, a quienes quería mucho, él quería darles todo, por eso se fue para Brasil, a él le dio muy duro quedarse en discapacidad”, dijo al medio radial.
Su historia de valentía y esperanza se vio abruptamente interrumpida por este acto de violencia. Ahora su familia lo recordó con profundo cariño y admiración como un hombre alegre, trabajador, solidario y entregado a sus seres queridos.
“Amaba la vida, no le hacía daño a nadie, quería salir adelante, se preocupaba mucho por su familia, no le hacía daño a nadie, solo queremos tenerlo de vuelta aquí”, expresó Adriana con dolor.
La ausencia de Néstor José dejó un vacío irreparable, especialmente en sus cuatro hijos, quienes ahora enfrentan la doble tragedia de la pérdida e incertidumbre sobre si podrán despedirse de su padre.
“No ha sido posible volver a comunicarnos con la persona que nos llamó, le devolvemos la llamada, pero nada, queremos que nos ayuden los dos gobiernos para poder traer a mi hermano a Garzón y darle su último adiós, darle cristiana sepultura”, sostuvo Adriana.
Esta noticia generó una gran conmoción en Garzón y en toda la región, donde la historia de superación de Néstor era conocida y admirada. Por eso, la comunidad se unió al clamor de justicia y solidaridad, exigiendo una pronta acción de los gobiernos.
Por el momento, la familia Piedrahíta Hernández vive en la angustiosa espera de noticias, aferrándose a la esperanza de poder traer a su ser querido de vuelta a casa para darle el último adiós.
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