Sebastián Bitar
Internacionalista experto en derechos humanos U. Andes
“La presencia de la ONU tiene dos funciones principales: darle confianza a las partes con una experiencia muy larga en la verificación del cese al fuego de conflictos internacionales, y aportarle legitimidad al proceso, al tratarse de un actor internacional que es respetado. A su vez, si la ONU está involucrada, está reconociendo que el de Colombia es un proceso válido dentro del derecho internacional y le da un estatus de calidad al proceso. Por lo pronto, será indispensable que esa verificación se haga muy imparcial, que ninguna de las dos partes diga que está permitiendo romper las reglas. La ONU, a su vez, tiene que estar muy lista para solucionar crisis rápidamente. Por ejemplo, si un guerrillero sale armado, el organismo deberá clarificar qué pasó y si hubo delito. Lo mismo si llega a haber noticia de un soldado que esté entrando en zonas en donde la autoridad transitoria la ejerce la verificación. Además, la ONU tiene que mantener capacidad de ser neutral todo el tiempo, y que no se vuelva una forma fácil de esconder malas acciones, que sea lo suficientemente efectiva como para que las Farc no estén ocultando armas”.
Juan Ramón Martínez
Internacionalista, experto en conflicto armado
“Es muy particular lo que sucede en la construcción de este acuerdo para Colombia, y es que ha sido tripartita: lo trabajaron entre el Gobierno, las Farc y las Naciones Unidas.
Justamente, el protagonismo de la ONU ha tenido efectos valiosos. Una resolución unánime del Consejo de Seguridad le dio un gran espaldarazo a la búsqueda de la paz del país, además porque el organismo se comprometió a verificar y vigilar el fin del conflicto.
Con eso, el acuerdo obtuvo un sustento jurídico muy importante, sobre todo en el componente de la dejación de las armas, siempre el punto más sensible en un proceso de negociación. Lo anterior, porque ya no se está hablando de rendición, sino de que se garantice la no utilización de los fusiles, proceso en el que la ONU jugará un papel decisivo.
A la verificación, para la que el organismo tiene toda la experiencia en conflictos en todo el mundo, se suma las armas ese convierten en una forma de construcción de memoria histórica para recordar el conflicto. Los fusiles que pertenecieron a las Farc serán parte de tres monumentos para recordar por qué no podemos retroceder en esta búsqueda”.
Germán Sahid
Polítólogo e internacionalista U. Rosario
“Con la refrendación es importante saber que, por lo menos y por el momento, las Farc reconocen la institucionalidad del Estado colombiano. No obstante, el grupo ha reiterado que si llegan a la paz, tarde o temprano, llegarán a una constituyente. A eso se suma que estamos a la espera de una aclaración de la Corte Constitucional sobre si al momento en que se lleve a cabo el plebiscito los guerrilleros podrán estar armados o no, aunque sabemos por la sentencia que las Farc no pueden ser un partido con armas. Sobre el plebiscito, finalmente lo más importante no es si gana el sí o el no, sino cuánta ciudadanía vota para asegurar los acuerdos. Por ahora, se complica que se llegue al umbral, lo que bloquearía la toma de decisiones, tanto para el sí o para el no, y parece como si los ciudadanos fueran a votar, no por los acuerdos, sino para mostrar su grado de favorabilidad con el Gobierno.
Sin embargo, si miramos el caso de Guatemala, hace dos décadas ellos sometieron su proceso de paz a plebiscito, y aunque perdieron, continuaron. No obstante, en esas condiciones se degeneró el acuerdo y por eso fue que terminaron en una criminalización inmensa”.