El proceso de refrendación del nuevo Acuerdo con las Farc concluyó, pero el enfrentamiento político continuará en el proceso de implementación. El 2017 es un año preelectoral, y por eso el acuerdo y las Farc serán, según expertos, el plato fuerte del debate entre partidos.
El debate sobre la paz reconfiguró las coaliciones políticas que se van a disputar el poder en 2018, indicó Marco Romero, investigador del Centro de Seguimiento al Diálogo de Paz, de la U. Nacional,
“Es previsible una federación de amigos del No enfrentada a la búsqueda de amplias coaliciones de los partidarios del Sí, para consolidar el acuerdo y sacar el país de la guerra. Se avizora que Cambio Radical quiere heredar el legado de paz y buscará apoyo de sectores críticos, pero esta estrategia puede sucumbir en medio de la polarización vigente”, agregó Romero.
Para Juan David García, docente de Ciencia Política de la Bolivariana, en el año y medio que le queda de gobierno al presidente Santos se afianzará “la aplanadora oficialista” y que, de momento, queda excluido y debilitado el Centro Democrático, pero no de manera definitiva.
“Viene el reacomodamiento de los líderes y poderes en torno a las elecciones legislativas y a las presidenciales de 2018. Los acuerdos influirán mucho en la campaña, pero no será lo único, porque viene la situación económica, la reforma tributaria, entre otros. La implementación podría ocasionar un empoderamiento mayor del CD, porque sus efectos se empezarán a notar y generarán preocupación en la gente, incluso entre quienes votaron por el Sí”.
Efectos de la refrendación
El argumento de la oposición sobre un posible prevaricato y la presunta falta de legitimidad no fueron suficientes para que las mayorías en el Congreso refrendaran el acuerdo mediante una proposición. En total fueron 75 votos a favor en Senado y 130 en la Cámara.
Según Patricia Muñoz, docente de Ciencia Política de la Javeriana, la refrendación vía Congreso ahondó la división y la inconformidad de los voceros del No y la polarización que ya el país estaba viviendo frente al proceso de paz.
“Si bien un buen número de constitucionalistas dicen que guarda legitimidad y legalidad, desde el punto de vista político es un elemento más para que voceros del No, y en particular el CD, manifiesten que la refrendación no cumplió los elementos políticos ofrecidos por el Gobierno.
Muñoz agregó que es presumible el ambiente de inconformidad se convierta en una bandera electoral para los líderes del No con aspiraciones electorales para el 2018. “Los debates en el Congreso sobre proyectos para la implementación tendrán niveles de discusión altos y de aprovechamiento político de la oposición. Viene una implementación marcado por división”.
Para Alejandro Cortes, investigador del Centro de Análisis Político de Eafit, lo que pasó en el Congreso no es precisamente una medición de fuerzas políticas, pues se sabía que el Gobierno tenía el poder para hacerlo aprobar. “Generó una división entre partidarios y detractores del proceso. La medición será, precisamente, en las elecciones de 2018”.
En esa vía, la decisión que tome la Corte Constitucional sobre el fast track generará el último choque del año entre el Gobierno y la oposición.