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El colapso de Viva Air —que de un día para otro decidió parar su operación en todos los aeropuertos del país— ha dejado hasta historias de amor truncadas; aquí le contamos una de ellas. Se trata de Camilo y Paula, quienes llevan 14 años de novios. Se conocen desde las épocas del colegio, cuando el amor es sobre todo la ebullición de emociones. Desde entonces han construido una relación sólida y ahora que pasan los 30 años decidieron por fin casarse.
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La vida de esta pareja ha sido de muchos movimientos en los últimos meses, pasaron de vivir en Bogotá a trasladarse a Medellín, lo que definitivamente los ha unido más y fortalecido su amor, por eso también incrementó su entusiasmo de unirse ante la sociedad y la ley.
Tanto ha sido el deseo de casarse que quisieron hacer de esto toda una experiencia, por lo que decidieron hacerlo al lado del mar. Así fue cómo, en agosto de 2022, escogieron las playas de Palomino, en La Guajira, donde se disfruta del mar Caribe y de la vista de la Sierra Nevada de Santa Marta.
Abuelos, padres, hermanos, primos y amigos aceptaron la invitación para viajar hasta el norte del país y con esos cálculos, la pareja invirtió en una fiesta —que incluye comidas y hasta noches de hotel— que ahora suma casi 30 millones de pesos.
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El asunto es que muchos invitados compraron con antelación los tiquetes hacia San Marta por Viva Air. La fecha: el 24 de marzo, momento en el que la aerolínea estaría más que liquidada.
Camilo, por ejemplo, ya pidió todos los permisos en el trabajo y espera viajar si o sí, pero lo que lo tiene pensativo es que ya varios invitados le dijeron que no viajarán porque, literalmente, los bajaron del avión y no van a comprar nuevos tiquetes. Como les sucede a miles de viajeros hoy por hoy: Viva Air no responde, guarda silencio.
En entrevista con EL COLOMBIANO, la novia afectada aseguró que la incertidumbre es grande y quienes más le preocupan son sus padres y abuelos.
”Mis papás y mis abuelos tenían vuelo con Viva Air. No puedo decirles que viajen por tierra a dos adultos mayores de 85 años, tampoco puedo pedirles que se gasten otros cuantos millones de pesos en comprar otros tiquetes, no sé qué vamos a hacer, es triste ver cómo se afectan nuestros planes por las decisiones inesperadas de una aerolínea”, narró.
Ahora la pareja no sabe si tendrá que casarse con un par de testigos o encontrarán la manera de que los más de 30 invitados logren viajar.