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Cuando reflexiona sobre lo ocurrido, Gerardo* todavía no entiende por qué cometió un error “tan infantil”, como él dice, en especial porque ya había visto las advertencias de las autoridades por televisión. “No sé, se me fueron las luces. Me puse a retirar plata de un cajero en plena quincena de diciembre, y fijo, a la salida me encañonaron los de la moto y me robaron todo”, se lamenta.
El hombre de 60 años fue víctima de los fleteros el pasado 15 de diciembre, en inmediaciones del mall La Mota, en el suroccidente de Medellín. A las 10:00 a.m. de ese día fue a un cajero electrónico para sacar $2’500.000 que le consignaron de prima, con los que haría las compras navideñas.
Abordó su automóvil y en el semáforo de la avenida 80 con diagonal 75D, dos hombres en moto lo abordaron por el costado izquierdo. “Cucho, la plata”, ordenó el parrillero, asomando el cañón de un revólver por la ventanilla.
Ambos tenían cascos, así que no pudo reconocerlos, pero sí identificar sus intenciones. “Les entregué la billetera y el celular. Me sentí como un idiota, todo el mundo sabe que en esa época se alborotan los ladrones, y les di papaya”, recordó Gerardo.
En diciembre de 2020 hubo 267 casos de hurto en la modalidad de “fleteo” denunciados en la ciudad, según las cifras recopiladas por la Secretaría de Seguridad.
El “fleteo” está definido como el atraco a un usuario del sistema bancario, cometido justo después de la transacción, mediante la intimidación con arma de fuego (o en algunos casos traumática o de fogueo) y por lo general por parte de ladrones que se movilizan en moto.
No obstante, con la masificación de estos episodios por las redes sociales, muchos ciudadanos han comenzado a llamar “fleteros”, de forma coloquial, a cualquier delincuente que hurta a mano armada y en moto, independiente de que la víctima haya salido del banco o no.
En lo que va de 2021 (con corte al 3 de marzo) se han registrado 399 denuncias, mientras que en el mismo lapso del año pasado iban 444, para una reducción del 10 %.
Para contrarrestar ese fenómeno, la Alcaldía y la Policía lanzaron el pasado 9 de febrero el Escuadrón Antifleteo, conformado por 70 uniformados, con apoyo aéreo (helicóptero Halcón y drones) y tecnológico especializado (cámaras LPR para identificación y seguimiento de placas).
Para profundizar en el desafío que enfrenta este grupo, y prevenir a la ciudadanía, indagamos con investigadores de la Policía y del CTI sobre cuáles son las bandas más fleteras de Medellín y qué métodos usan en sus asaltos.
Según las fuentes consultadas, las principales bandas involucradas en hurtos en la modalidad de “fleteo” se localizan en el norte y el oriente de Medellín (Castilla, Doce de Octubre, Aranjuez, Manrique y Villa Hermosa), pero sus fechorías no las cometen allí, sino en las comunas de El Poblado, Laureles, Belén, La Candelaria y Robledo, y en el municipio de Envigado.
Entre los más conocidos están los combos denominados “los Ototos”, “los Tatos”, “la Viña”, “la Roja”, “Niño Zea”, “Alfonso López”, “la Terraza”, “la Oficina del Doce”, “Alto de Aranjuez”, “el Hueco de la Candelaria”, “los Mondongueros”, “el Hueco de la María” y “los Machacos”, entre otros.
La Policía y la Secretaría de Seguridad tienen 26 puntos críticos detectados para esta actividad delictiva, la mayoría localizados en vías arterias. Entre ellos están la avenida 80 con las calles 30 y 33; las avenidas El Poblado y La Oriental; la calle 33 con la carrera 65; el sector Bulerías, las inmediaciones del mall La Mota y Gran Vía; y en general alrededor de centros comerciales y zonas bancarias de las citadas comunas.
El general Pablo Ruiz, comandante de la Policía Metropolitana del Valle de Aburrá, comentó que este delito se concentra entre la 1:00 p.m. y las 7:00 p.m., en los ejes viales de la ciudad. Las víctimas suelen ser conductores y ocupantes de automóviles, que son asaltados por dos ladrones en moto que se arriman a la ventanilla; o por cuatro, repartidos en tres motos, que rodean el vehículo aprovechando que se detiene en semáforos, glorietas o por la congestión vial.
Según los investigadores, el “fleteo”, explicado desde su concepción más general, se da en tres niveles. El primero es el más “improvisado”, cuando los atracadores salen a dar una ronda en moto y observan qué ocupantes de carros llevan celulares a la vista o lucen cadenas y relojes de lujo.
El segundo implica una logística más elaborada, con integrantes que hacen filas en cajeros y sucursales bancarias, para “marcar” a las víctimas potenciales y avisar a los compinches motorizados.
El tercer método es el más complejo y requiere la participación de más integrantes de la banda, que ofrecen para la venta inmuebles o automotores, y cuando el comprador va a entregar el dinero en efectivo, lo atracan en el camino.
Es importante indicar que las personas involucradas en estos robos se exponen a condenas por hurto calificado y agravado, entre los 12 y 28 años de prisión, que varían según el monto de lo robado, el grado de violencia y los medios utilizados para tal fin.
En un mes de funcionamiento, según el general Ruiz, el Escuadrón Antifleteo lleva 21 capturas en flagrancia y cinco con orden judicial; ocho motos inmovilizadas, dos armas de fuego y ocho traumáticas incautadas.
“Muchas de las capturas se dan por anticipación, por el apoyo en tecnología que tiene el grupo. Cuando se ven sospechosos deambulando por la ciudad, se le informa al escuadrón, que acude con prontitud para incautar y capturar. El apoyo de la tecnología ha sido fundamental”, declaró el pasado 25 de febrero el secretario de Seguridad, José Acevedo, durante la presentación de ocho de los capturados.
En su diálogo con EL COLOMBIANO, el general Ruiz explicó que este nuevo grupo es más que una unidad de reacción, pues cuenta con agentes de Inteligencia y de Policía Judicial, pero también tiene posibilidades de anticiparse a los atracos.
“Gracias a la información de la comunidad, en algunos casos contamos con las placas de las motos sospechosas, las cuales son rastreadas por las cámaras LPR, y se envía una alerta a las patrullas. Así hemos sorprendido gente armada, antes de que cometan el delito”, afirmó.
Boris Castaño, analista de seguridad y miembro de la corporación Innova Idea Estrategia (I2E), destacó la importancia del Escuadrón Antifleteo, y el hecho de que haya un equipo concreto al cual exigirle resultados sobre este delito específico; sin embargo, advirtió que “el 80 por ciento de la prevención del ‘fleteo’ está en la misma comunidad, creando una cultura de seguridad frente a las transacciones y el movimiento de dinero” (ver el recuadro).
Añadió que un componente complementario para ese escuadrón debe ser la educación de los ciudadanos, que con su comportamiento puede reducir las posibilidades de un asalto.
Ruiz indicó que parte de la labor del nuevo equipo consiste en hacer campañas en los sectores críticos en los cuales se presenta el delito, una acción que también incluye un trabajo disuasivo con los drones en los ejes viales, sobrevolando a la vista de todos.
En lo que tiene que ver con la seguridad personal, el oficial recomendó a los ciudadanos actuar con discreción, “minimizar el riesgo, no estar hablando por celular en el carro, ni exhibir joyas o relojes lujosos, ni llevar bolsos o computadores a la vista”.
En cuanto a Gerardo, el recuerdo del cañón en su ventanilla le ha dejado enseñanzas. “No vuelvo a sacar plata solo, y nunca a retirar todo lo que tengo en la cuenta”, prometió
*Identidad reservada
por petición de la fuente.