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Así se mueve el mapa criminal en Antioquia

En Ituango están las disidencias de las Farc y al Valle de Aburrá está tratando de entrar el Eln. Radiografía.

  • El general Juvenal Díaz lleva tres meses al frente de la Cuarta Brigada. Su objetivo es capturar a Cabuyo. FOTO julio césar herrera
    El general Juvenal Díaz lleva tres meses al frente de la Cuarta Brigada. Su objetivo es capturar a Cabuyo. FOTO julio césar herrera
20 de marzo de 2019
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Un grupo de campesinos de Ituango, en el Norte de Antioquia, denunciaron en las últimas semanas que la situación de seguridad en la zona rural del municipio pasa por un mal momento.

De manera anónima, por temor a represalias, narraron que la calma que llegó con el proceso de paz con las Farc se empezó a diluir 16 meses después y que hoy dos líderes de las disidencias de las Farc están ganando terreno, reclutando niños e intimidando a la población. Se trata de alias “Cabuyo” (frente 36) y alias “Ramiro” (frente 18).

“La última vez que tiraron volantes, Cabuyo nos reunió en la caseta comunal y nos dijo que si alguien quería denunciar podía hacerlo, que él mismo le prestaba el teléfono para llamar. Pero que si él se moría o lo capturaban, iban a llegar los Caparrapos y el Clan del Golfo a reemplazarlo y la cosa iba a ser peor”, relató uno de ellos.

Otro líder comunitario, de uno de los corregimientos de Ituango, explicó que varios de los niños que en los últimos dos años terminaron sus estudios, están ingresando a las filas de las disidencias. “Uno les pregunta que qué están haciendo con un fusil y ellos responden: ‘no había nada más para hacer’”, relató.

EL COLOMBIANO conversó con el general Juvenal Díaz, comandante de la Cuarta Brigada del Ejército, para conocer qué está sucediendo con la seguridad en esa región.

Esa zona está en gran tensión, ¿qué ha hecho el Ejército para defender a la población?

“Los campesinos, como se los dije a ellos mismos, tienen que entender que la coca solo les trae problemas. Si no hay coca, no hay Clan del Golfo, no hay Caparrapos, no hay disidencias del frente 36”.

“Nosotros tenemos varias líneas de acción con estos bandidos (Cabuyo y Ramiro): una de judicialización. A todas las personas que creen que se sienten seguras cerca de él, tarde o temprano les va a salir su orden de captura, ya sea porque actúan de civil y le ayudan como miliciano, o si le dan información. Hay otra línea de inteligencia con recompensas”.

“Que el bandido les diga que van a ir los Caparrapos o el Clan del Golfo, eso es mentira. De lo que sabemos, no tiene alianza con ninguno de ellos y nadie ha ido a ‘vengar’ o a reclamar por la muerte de los bandidos que han fallecido en Colombia. Y eso lo tienen que entender los jóvenes de la región: ¿cuál ha sido la revancha por la muerte del Mono Jojoy, de Raúl Reyes?”

“Uno entiende que muchas veces hay temor, pero si los campesinos mantienen su neutralidad, cuando ellos caigan, no van a ser capturados o molestados y van a poder quedarse en la zona”.

¿Cabuyo y Ramiro ya tienen órdenes de captura?

“Los dos. Tienen orden de captura y están dentro del Derecho Internacional Humanitario (DIH). Eso significa que si nosotros los encontramos con un fusil, los podemos dar de baja. También lo podemos bombardear y eso lo tienen que saber los padres de familia: cuando Cabuyo se lleva a sus hijos los está exponiendo a eso. De hecho, el año pasado ya fue bombardeado (Cabuyo) y murieron varios jóvenes que estaban engañados por él en un campamento”.

¿Qué tan grandes son los círculos de subalternos y colaboradores que tienen ellos dos?

“Hay un trabajo muy adelantado en judicialización. Tratamos siempre de capturar a las personas porque hay mucho miliciano, gente que lleva razones, gente que cree que con ir a decirle al comerciante ‘vea, que tiene que mandarle $10 millones a Cabuyo’ no está cometiendo un delito, pero sí lo está cometiendo”.

“Podemos decir que tienen unas 20 personas que los auxilian, y el número de hombres en armas lo estamos determinando, pero no creo que sea muy grande”.

¿Hay riesgo de que esas disidencias puedan llegar al Valle de Aburrá?

“No. Antioquia es bien complejo, el Valle de Aburrá tiene otras problemáticas con grupos que son los GDO (Grupos Delincuenciales Organizados), que están al servicio del Clan del Golfo. Podría haber ciertas alianzas, intercambio de drogas por armas entre esas disidencias y algunos grupos del Aburrá, pero que haya riesgo inminente de que las disidencias lleguen acá, no. Por el contrario, creo que con las operaciones y las medidas que está tomando el comando del Ejército, lo que vamos a hacer es alejarlos de la ciudad”.

¿Con qué bandas tienen alianzas?

“Se habla de ‘los Pachelly’ que podrían negociar armas por coca, pero no tengo elementos de juicio. Eso son rumores e informaciones que hemos recibido. Pero no hay un indicio fuerte que nos valide esa información, apenas estamos cerrando el círculo de inteligencia para determinarlo”.

¿Con ‘la Oficina’
hay alianza?

“No”.

¿Cuál es la estrategia de ustedes en el Norte de Antioquia que es donde más cultivos de coca hay?

“Nosotros tuvimos una reunión con los campesinos. Hablaron algunas asociaciones, expusieron las necesidades, las penurias que viven y trataron de justificar los cultivos de coca, pero cuando yo intervine fui muy claro en decirles que entiendo esos problemas. ¡Ni más faltaba! Nuestros campesinos necesitan ayuda, mejorar las condiciones para la educación de sus hijos, el transporte, las carreteras... pero la ilegalidad no es el camino. Ellos tienen que ser conscientes de que están cometiendo un delito que hace mucho daño”.

“Cuando hablé con ellos les dije que nosotros teníamos que erradicar. ¿Cómo lo hacemos de la mejor forma? Empezamos a medir lo que se erradica, le rendimos un informe al Pnis (Programa Nacional Integral de Sustitución de Cultivos Ilícitos), ellos los aceptan dentro del programa y les dan las ayudas para que puedan renovar sus cultivos”.

“Con la Gobernación conseguimos unos mercados y se los hemos estado dando a las comunidades a medida que vamos erradicando”.

“Este año llevamos 60 hectáreas erradicadas en predios de 40 o 45 familias”.

Otra amenaza es el Eln. ¿Qué presencia tiene ese grupo la región?

“De Yarumal hacia el oriente, hemos tenido registros de comisiones (grupos pequeños) o algún miliciano del Nordeste (bloque Héroes de Anorí). Pero nosotros estamos encima de ellos y, realmente, puedo decir que no hay presencia permanente en nuestra jurisdicción”.

“En el norte de Yarumal está (el bloque) Héroes de Tarazá, pero está muy alejado de nuestros límites y no tiene presencia en nuestra área”.

“En el noroccidente, en límites con Urabá, tenemos una comisión del Eln que está cerca pero no ha hecho acciones en nuestra jurisdicción. Ya adelantamos labores de inteligencia para proceder en caso de que sea necesario”.

“Y en el suroeste, hacia Carmen de Atrato, tenemos una comisión pero está en Chocó, el año pasado cruzaron dos veces el límite, se les hicieron operaciones y abandonaron. La misión es que no vuelvan”.

¿Y en el Valle de Aburrá?

“El Eln, en sus directrices nacionales, quiere crear un Frente Urbano Nacional. Pero una cosa es lo que ellos quieren y los medios que tienen, y otra es la realidad. Del dicho al hecho hay mucho trecho”.

“Entre las ciudades del frente urbano está Medellín, pero aquí no han podido. Tienen una comisión, sabemos que tienen unos simpatizantes a los que también estamos judicializando y que posan de ayudar a la comunidad”.

“Pero no han podido dar el paso de lo propagandístico a lo militar por las acciones que se les realizan. Comisión armada del Eln acá no hay”.

¿Los Caparrapos ya están en el área de ustedes?

“Ellos son más del Bajo Cauca, pero hemos evidenciado que tienen una alianza con las disidencias del frente 18. Hemos tenido información de algunos hombres de Caparrapos que vienen con el 18 para enfrentarse al Clan del Golfo. No son muchos”.

¿Y entonces el Clan del Golfo dónde está y con quién se enfrenta?

“Ellos delinquen más en el Sur de Córdoba y Norte de Antioquia. No tienen presencia en el Aburrá como Clan del Golfo, pero sí pactos con GDO, como outsourcing o contratistas. De hecho cuando cogemos a alguien en Medellín sabemos que puede hacerle mandados a ellos, pero nunca se clasifica como de ellos sino como a GDO”.

El año pasado esa zona de Ituango y Yarumal era la que tenía mayores homicidios. ¿Eso ha cambiado?

“Han bajado los homicidios. En Yarumal va uno frente al año pasado que iban como 20 (cifras con corte a febrero). Y, como siempre: cuando los homicidios suben, la fuerza pública es ineficiente, y cuando bajan, dicen que los bandidos no quieren hacer nada”.

“Esas son áreas donde se mueve la cadena del narcotráfico y donde hay narcotráfico, eventualmente hay muertos, delitos, traiciones y todo” .

8
homicidios se presentaron en Ituango entre enero y febrero: Medicina Legal
$280
millones es la recompensa que el Gobierno ofrece por alias “Cabuyo”.
El empleo que busca está a un clic

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