Leida Álvarez, una pensionada residente en La Estrella, quedó endeudada con una entidad financiera y perdió el efectivo que tenía en su casa, luego de que un hombre y una mujer la abordaran en la calle, el pasado 22 de noviembre.
Doce horas después, en una clínica de la ciudad, los médicos le confirmaron a la familia que la mujer había sido víctima de ladrones que le suministraron escopolamina y la dejaron abandonada en el Centro de Medellín. “Yo me acuerdo que los seguía como una boba”, relata Leida.
Aunque Álvarez asegura que la mujer solo la tomó del brazo, el médico toxicólogo Gabriel Jaime Restrepo, asegura que este tipo de sustancias tienen un efecto menor cuando son inhaladas o suministradas por contacto.
“Aunque existe el mito de que le soplaron la droga en la cara, o lo tocaron, las evidencias han demostrado que en esos casos los efectos son mínimos. Lo que ocurre casi siempre es que la persona comió o tomó algo y no lo recuerda”, dijo.
Según el experto, la escopolamina cuando se ingiere tiene un efecto anticolinérgico; es decir, que inactiva unos neurotransmisores y genera un efecto de alteración de la memoria y pérdida del estado de consciencia.
Pero no se usa sola. Según Restrepo, que hace parte del Centro de Información y Estudio de Medicamentos y Tóxicos de la Universidad de Antioquia, la escopolamina genera alteraciones sicomotoras y agresividad, efectos que son contrarrestados por los delincuentes con medicamentos sedantes, como las benzodiazepinas.
“Es decir, tenemos una doble intoxicación. Quien consume la droga está agitado, caliente (tiene la cara roja), siente sed, las pupilas muy dilatadas y, de acuerdo a la cantidad, podría tener alteración de la memoria, del estado de consciencia, delirios, convulsiones severas y muerte”, agregó el médico.
Lo más grave de esta situación es que pocas veces las víctimas se dan cuenta de que fueron drogadas, porque los efectos se sienten en cuestión de segundos.
¿Casos aislados?
El caso de Leida no es el único del que hemos tenido noticia en la ciudad. Hoy Medicina Legal avanza en la investigación para establecer si el profesor turco Ramazan Gencay y el antioqueño Jairo Antonio Rodas Areiza murieron producto de una intoxicación por sedantes.
“Los dos casos son materia de investigación. Esperamos que Medicina Legal determine la causa y si hubo una sobredosis por algún tipo de sustancia”, dijo el alcalde de Medellín, Federico Gutiérrez, quien reconoció que en la ciudad hay estructuras dedicadas a usar mujeres para acercarse a hombres, casi siempre extranjeros, y robarles las pertenencias, como pasó con Gencay.
Ojos en un parque
Los dos profesores fallecidos tuvieron en común la visita a un sitio antes de su desaparición: el Parque Lleras. Por eso los ojos están puestos sobre este lugar.
Sandra Giraldo, gerente de El Poblado, aseguró que aún no se puede concluir que las sustancias que recibieron las víctimas o las personas con las que se relacionaron salieron del parque.
“El 82% de los extranjeros que llega a Medellín visita, en algún punto de su estadía, el Parque Lleras. Hay que esperar las investigaciones para no alimentar un estigma contra el sitio ni enfocarnos en un solo punto, porque estas redes también pueden seguirlos desde los aeropuertos, hostales y restaurantes”, apuntó.
Actualmente la Red de Turismo Responsable de Medellín, en alianza con Migración Colombia y la Policía, instalaron puntos de control en el Lleras y otras zonas concurridas como Ciudad del Río y Provenza, para atender a los visitantes.
“El reto es informarles de los riesgos sin generar pánico. Ellos suelen cometer errores como sacar grandes cantidades de dinero a altas horas de la noche o caminar con joyas vistosas, que llaman la atención de los delincuentes”, explicó Giraldo.
Las recomendaciones que se les entregan a los extranjeros son: tener a mano números de emergencias, saber que no pueden consumir licor en los parques, dónde pueden llamar un taxi y cuáles son los sitios de rumba legal.
Apuesta a la prevención
El alcalde Gutiérrez hizo un llamado al autocuidado de nacionales y extranjeros.
“La instrucción mía es acabar con esas bandas, pero también necesitamos la colaboración de los comerciantes para mantener los controles en los establecimientos”, dijo.
El médico Restrepo también recomendó no perder de vista las bebidas o alimentos, pues los sedantes no tienen olor ni sabor, y su efecto en el cuerpo es casi inmediato .
