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Una campaña publicitaria de la Secretaría de Movilidad de Medellín, instalada en los vagones del metro, generó revuelo esta semana en las redes sociales por tener un error no menor y muy visible de ortografía.
La pieza invitaba a los peatones a cruzar la calle solo por las cebras o los semáforos, pero esta última palabra comenzaba con una letra prohibida si era para referirse al aparato electrónico que regula la circulación vehicular.
La Secretaría de Movilidad pidió disculpas a la ciudadanía por el error.
Respondió que no había autorizado la pieza de la campaña “Tu Compromiso es Con Vos” , la cual había sido encargada a un proveedor, y señaló que los mensajes fueron retirados de los vagones.
Aclaró que el proveedor asumirá los costos de la producción y publicación de las nuevas piezas.
Errores y contando
No es la primera vez que se presentan errores en piezas de la administración municipal. En agosto de 2017, una pancarta instalada en el sector El Poblado, que promocionaba la ciclorruta de Las Vegas, tenía tres errores: movilidad con “b”, una cifra escrita “3.384 mil millones”, y “cicloruta” con una sola “r”.
Los yerros se repitieron en al menos tres vallas más, una de Inclusión Social, otra de la bienvenida al Papa Francisco y en las del edificio Mónaco.
Eliana Úsuga Valderrama, jefe de Prensa de la Alcaldía de Medellín, respondió que luego de los errores ortográficos en la publicidad de la ciclorruta de Las Vegas, la Secretaría de Comunicaciones formuló una circular en octubre de 2017, en la que estableció un protocolo para la impresión de avisos.
En esta circular se determinó que todas las piezas de comunicación de la Alcaldía de Medellín (vallas, pasacalles, paraderos, libros, cartillas, afiches, volantes, plegables, audios, videos, entre otros) deben tener el aval del profesional designado por la Secretaría de Comunicaciones antes de ser publicadas en los medios internos o externos.
El protocolo, según la explicación de Úsuga, es el siguiente: cada secretaría tiene un enlace en la Secretaría de Comunicaciones. Esta persona evalúa la pertinencia de los contenidos; una vez los aprueba, los pasa a Publicidad y Marca -de la Secretaría de Comunicaciones-, y allí se hacen la corrección de estilo y los ajustes de diseño.
La pieza, con marca de agua (sin aprobar), se devuelve a la secretaría original para que haga las correcciones pertinentes. Una vez hechas, la Secretaría de Comunicaciones, si está de acuerdo con ellas, autoriza su publicación.
“Este es el deber ser, el cual está en constantes ajustes para reducir el margen de error”, afirmó Úsuga.
El protocolo, de nuevo, no funcionó. Luz roja de semáforo para estos errores .