La problemática social y de seguridad por cuenta del aumento de las pandillas en Apartadó y otros municipios del Urabá antioqueño mantiene en zozobra no solo a las autoridades sino a la ciudadanía.
Tras firmar el decreto que ordena toque de queda para menores de 18 años a raíz de las recientes riñas presentadas, la administración municipal señaló que tiene identificados al menos 800 jóvenes que integrarían estos grupos vandálicos y delincuenciales, lo que habla de la dimensión del reto social y de orden público que tiene entre manos el municipio.
Este año fueron asesinados dos jóvenes en medio de estos conflictos y decenas han resultado heridos, sobre todo con arma blanca, además de la cantidad de aprehensiones realizadas por las autoridades. El caso más reciente de una víctima mortal fue el de un joven de 20 años que murió tras recibir 35 heridas con un machete. La víctima fue identificada como José Daniel Varela, de 20 años. Se conoció posteriormente que a los 16 años había sido aprehendido en el casco urbano del municipio señalado de matar a tres personas y solo hace unos días había recobrado la libertad, el crimen lo habría cometido en venganza por el homicidio de un amigo. En eso se basan las autoridades para plantear la hipótesis de que su muerte obedeció a una cadena de venganzas.
Tras la muerte de Varela, la Policía emprendió las investigaciones que hasta ahora han arrojado la localización de dos hombres adultos cuya captura fue legalizada y permanecen bajo detención intramural; también aprehendieron a un menor de edad que igualmente habría participado en el mortal ataque y está bajo medidas de protección.
También conmocionó el caso de un menor de 15 años que fue atacado salvajemente mientras iba para el colegio con su hermano menor. El coronel Jovanni Cepeda, comandante de la Policía de Urabá, aseguró que ya tienen plenamente identificadas las zonas y los horarios donde se citan estos pandilleros, particularmente en los barrios Obrero y el Ortiz. Generalmente, se reúnen al caer la noche y también entre las 10:00 p.m. y 11:00 p.m. Para intentar mitigar la problemática, la policía dispuso de un esquema de seguridad en el que reforzarán esas zonas. Además, la alcaldía emitió el toque de queda que rige desde las 10:00 p.m. hasta las 6:00 p.m.
También esperan adelantar una intervención social para abordar el fenómeno desde un enfoque más integran con oferta educativa, cultural, deportiva y de empleo. Además no descartan la posibilidad de entablar mesas de diálogo entre los líderes de las pandillas.
Las autoridades insisten en que hay un componente histórico en este tipo de violencia, pues aseguran que muchos de los jóvenes involucrados en pandillas integran familias huérfanos de padre, madre o ambos que fueron asesinados o desaparecidos en medio del conflicto armado en Urabá en los 90 y comienzos del presente siglo, y que esa desarraigo ha sido común desde entonces en los barrios históricamente más populares del municipio.